Hace 75 años Praga fue bombardeada por los aliados
A finales de la Segunda Guerra Mundial la capital checa fue blanco en varias ocasiones de ataques aéreos por parte de la aviación aliada. Uno de estos bombardeos se produjo el 25 de marzo de 1945, hace justamente 75 años.
La situación en Europa a finales de la Segunda Guerra Mundial era ciertamente confusa. La tarea del grupo de países aliados era debilitar lo máximo posible al enemigo, bombardeando ciudades y centros industriales de la Alemania nazi, para luego poder asestarle el último golpe. Lamentablemente, los pilotos militares se equivocaron varias veces y las bombas cayeron también sobre Praga y otras ciudades checas.
El más trágico bombardeo de Praga, en cuanto al número de víctimas humanas, se produjo el 14 de febrero de 1945, cuando los pilotos británicos confundieron Praga con Dresde. El 25 de marzo de ese mismo año fueron bombardeados varios puntos estratégicos de la capital checa, en los barrios industriales de Libeñ, Vysočany y Kbely.Ambos ataques aéreos los recuerda Milena Šotolová, quien entonces tenía nueve años, vivía con sus padres cerca del monasterio de Emaús y en Vysočany tenían a unos conocidos, según recordó para Radio Praga Internacional.
”El primer gran ataque aéreo contra Praga tuvo lugar justamente el día del miércoles de ceniza de ese año, cuando los pilotos confundieron Praga con Dresde. Pasados unos pocos días se produjo otro ataque que fue menos fuerte y que sufrió sobre todo el barrio de Vysočany. Allí vivían los padres de un conocido que buscaron refugio en el sótano de su casa. La calle donde vivían fue destruida durante el bombardeo, pero a los padres del conocido los encontraron vivos en el sótano. Todos nos alegramos mucho por la suerte que había tenido esa familia”.
Milena Šotolová vivía con sus padres en el edificio donde actualmente tiene su sede el Ministerio de Justicia. Antes de la guerra, su padre había trabajado de chófer en el Castillo de Praga. Durante el primer ataque aéreo algunas bombas cayeron en el jardín junto al edificio, recuerda Šotolová.
”Cuando mi padre tuvo que marcharse en 1939 del Castillo de Praga tras la ocupación del país por las tropas de Hitler, tuvimos que mudarnos a un piso de dos habitaciones. Desde la ventana mirábamos al Jardín Botánico, situado enfrente. Más arriba había un edificio alto, donde tenía sus depósitos el Teatro Nacional. Justamente allí cayó una de las bombas. Fue bastante dramático, porque nos habíamos encontrado en medio del bombardeo. Y lo peor para mí fue cuando en la cercana Plaza de Carlos mi compañera de clase salió a comprar algo con su mamá y de regreso, cuando ya estaban cerca de un refugio antiaéreo subterráneo, cayeron allí bombas y mi compañera murió”.
Las bombas afectaron entonces también el hospital local, la iglesia de san Ignacio de Loyola, el puente Palacký, el centro de maternidad donde tenía su sede la Gestapo y destruyeron casi por completo el monasterio de Emaús.Sobre Praga cayeron entonces unas 150 toneladas de explosivos. El bombardeo se cobró unas 700 víctimas humanas y más de 1200 personas fueron heridas. Más de 2500 edificios capitalinos fueron destruidos o seriamente dañados y unos 11 000 habitantes de Praga se quedaron sin techo.
En entrevista para Radio Praga Internacional, Milena Šotolová recuerda cómo vivieron aquellos momentos ella y su familia.
”Mi mamá nunca quiso ir a un refugio antiaéreo, pero después de ese bombardeo cambió de opinión. Recuerdo que mi maestra recibió la información de que a Praga se acercaban unos aviones y nos mandó a casa. Fui caminando a casa junto a un alto muro alrededor del monasterio de Emaús y cuando llegué a casa, mi mamá estaba cocinando y escuchando la radio. De pronto me di cuenta de que en el jardín cayó algo redondo, pero en el primer instante no me di cuenta de lo que era. En nuestro jardín cayeron luego siete explosivos. Por suerte, unos vecinos vinieron pronto por nosotras y nos llevaron al refugio que había allí para los habitantes de ese edificio”.
Durante el segundo ataque aéreo contra los barrios industriales de Praga, el 25 de marzo de 1945, fallecieron 235 personas y 527 edificios quedaron en ruina o fueron seriamente dañados. Milena Šotolová sostiene que los sonidos que acompañaron esos ataques, así como sus sensaciones de esos sucesos los recuerda hasta el presente. Y apunta que cuando viene una tormenta con truenos, el sonido que los acompaña la hacen rememorar hasta hoy el ruido de los aviones y de las bombas antes de dar con el suelo.