Hace 110 años se inauguró el puente de Hlávka, el primero de hormigón en Praga

Puente de Hlávka

El puente, que conecta los barrios de Karlín y Holešovice, acorta el camino de peatones, coches y tranvías desde 1912.

Construcción del puente Hlávek en 1910 | Foto: revista Český svět,  Wikimedia Commons,  public domain

El puente lleva el nombre del constructor y filántropo Josef Hlávka. En el contexto checo no es común que un sitio haya conservado el nombre que recibió en la época de su construcción, teniendo en cuenta todos los regímenes que se alternaron en Chequia en el siglo XX. No obstante, el puente de Hlávka es un caso particular.

 Tranvía en el puente de Hlávka | Foto: Aktron,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 3.0

En la construcción del puente participaron varios artistas destacados, por ejemplo, el arquitecto Pavel Janák, responsable, entre muchos otros edificios, del diseño del Palacio de Škoda o el Palacio Adria, ambos en Praga. La columna situada en un islote en medio del Moldava lleva relieves de figuras humanas de dos metros y medio, que fueron talladas en el hormigón por Bohumil Kafka y Ladislav Kofránek, alumnos del célebre escultor checo Josef Václav Myslbek. El puente luce también medallones creados por Josef Mařatka y Otto Gutfreund que representan los doce concejales que contribuyeron a la construcción del puente. No obstante, la parte dominante del puente son, sin duda, las gigantes esculturas de granito de Jan Štursa llamadas “Trabajo” y “Humanidad” situadas del lado de Holešovice.

El puente lo conforman un total de siete arcos y desde su construcción en 1912 lo atraviesan carriles de tranvía. La obra pasó por una remodelación extensa en los años cincuenta y sesenta durante la que se amplió hasta los 28 metros que tiene en la actualidad, casi el doble de su anchura original.

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