Grand Café Orient: la única cafetería cubista del mundo

Grand Café Orient, foto: Ondřej Tomšů

La única cafetería de estilo cubista en el mundo se encuentra en pleno corazón de Praga. El local Grand Café Orient está situado en una de las joyas arquitectónicas más destacadas de la metrópoli checa, la Casa de la Madona Negra construida en 1912 en la Ciudad Vieja. Les invitamos a visitar uno de los lugares praguenses más peculiares en nuestro nuevo espacio dedicado a las cafeterías de Praga.

La enigmática zona de la Casa de la Madona Negra

La estatuilla de la Madona Negra en una jaula de rejas doradas,  foto: Matěj Baťha,  Wikimedia CC BY-SA 3.0

La estatuilla de la Madona Negra en una jaula de rejas doradas adorna uno de los tesoros arquitectónicos de Praga. La casa de color anaranjado situada en la zona peatonal cerca de la Plaza de la Ciudad Vieja figura entre los edificios más destacados de la metrópoli checa.

Dicen que se halla en un lugar donde se cruzan fuerzas mágicas. El origen de las Madonas Negras se desconoce y se supone que aparecían en los sitios sagrados de los cultos precristianos.

La leyenda indica que los cuadros o estatuillas de la Madona Negra se situaban en los lugares donde había galerías subterráneas y que en las cercanías de este edificio hay un extenso santuario de los caballeros templarios.

Otra leyenda habla de un espectro cojo sin cabeza que deambula por la noche por esta zona. Dicen que se trata de un espiritista desgarrado por los fantasmas que había despertado.

No podemos comprobar si es cierto o no. Lo que sí les podemos asegurar es que si entran en la Casa de la Madona Negra realizarán un viaje a través del tiempo que les llevará a principios del siglo XX y que podrán disfrutar de la atmósfera del local incluido por la revista alemana Focus entre las siete cafeterías más bellas de Europa.

Chequia, el único país con la arquitectura cubista

La Casa de la Madona Negra,  foto: Martina Schneibergová

La Casa de la Madona Negra es uno de los edificios emblemáticos del cubismo. Mientras que las artes plásticas cubistas pueden ser admiradas en diferentes galerías europeas, si quieren ver arquitectura de este estilo tendrán que realizar un viaje a la República Checa, afirma el dueño de la cafetería Grand Café Orient, Rudolf Břínek.

“La arquitectura cubista es singular, ya que surgió solo en las Tierras Checas. Los edificios de estilo cubista los encontrarán solo en unos pocos lugares de nuestro país. Se sabe que también en Francia existió un diseño de fachada cubista, pero éste nunca fue realizado”.

El cubismo, popularizado a nivel mundial sobre todo por los cuadros de Pablo Picasso, tiene una larga tradición en Chequia. Pero no todas las obras que parecen cubistas lo son de verdad, advierte el dueño.

“La gente se confunde a veces, porque el término de cubismo suele utilizarse también para el estilo art déco que adoptó las formas del cubismo. Hoy se habla muchas veces de cosas de estilo cubista que, sin embargo, no tienen nada que ver con el cubismo, porque este estilo de hecho terminó con el estallido de la Primera Guerra Mundial, mientras que el art déco surgió hasta en los años 20 del siglo pasado”, explica.

Cubismo, un estilo marginal de preguerra

Rudolf Břínek,  foto: Ondřej Tomšů

La cafetería Grand Café Orient surgió en la casa proyectada por Josef Gočár en 1912, pero permaneció abierta apenas durante unos diez años y luego tuvo que esperar otros 80 años para recobrar su antigua hermosura.

El estilo hoy admirado no gozó de tanta popularidad en la época de su surgimiento, ni mucho menos.

“No hay que olvidar que el cubismo fue un estilo muy marginal en aquella época. La verdad es que los artistas cubistas se hicieron famosos más tarde, ya sea Pavel Janák, Vlastislav Hofman, etc. Pero mucha gente les tomaba a la ligera y se burlaba de su obra. Por ejemplo, la prensa de entonces publicaba caricaturas que preguntaban si hasta el Castillo de Praga sería modernizado en estilo cubista. Se trató de un juego con formas muy bonito, que se convirtió con el tiempo en un callejón artístico”, subraya Rudolf Břínek.

Tazas y sillas incómodas

El cubismo es un movimiento idealizado hoy día, pero muy poco práctico.

“El cubismo es interesante por una cosa: sus sillas son incómodas, de las tazas se bebe mal. Fue el triunfo de la forma sobre el contenido. A mí siempre me choca si alguien imita el cubismo, que ahora está de moda. El cubismo es reconocible fácilmente: las cosas de aquella época son de muy poca calidad. Los mismos autores lo sabían y fundaban talleres para mejorar la calidad de la cerámica, por ejemplo. Al ver algunas obras perfectas que la gente da por cubistas, no tienen nada que ver con ese estilo”, resalta Rudolf Břínek.

Transcurridos unos años, el cubismo cayó en el olvido. Además, la atmósfera oriental, popular anteriormente, se convirtió en un anacronismo que aceleró el fin del Grand Café Orient, indica el dueño actual del local.

“Es que el oriente fue relacionado con la Monarquía Austro-Húngara, cuyo aliado era Turquía. Eso provocaba disgusto político entre la gente. La cafetería fue cerrada y nunca fue reabierta, así que funcionó realmente solo un par de años”, agrega.

Una vez desaparecida la cafetería en los años 20, en el edificio fueron instaladas oficinas que permanecieron aquí hasta la Revolución de Terciopelo, en 1989. Más tarde, a principios del nuevo milenio, Rudolf Břínek se encargó de reabrir la cafetería en este lugar.

“Yo vivía cerca de aquí y llevaba a los niños a una guardería cercana. Soy aficionado a la arquitectura y coleccionista de objetos artísticos, sobre todo, de estilo cubista. Me daba una pena que ya no existiera la cafetería. Casi todos los libros de arquitectura incluyen la conocida foto de aquí que muestra el bar hacia el fondo de la sala. Así que escribí al Ministerio de Cultura que me gustaría renovar la cafetería”, cuenta.

El Ministerio convocó un concurso público y el señor Břínek, como único interesado en restaurar este lugar histórico, lo ganó.

Pastelería cubista

Rudolf Břínek,  foto: Ondřej Tomšů

La cafetería imita el amueblamiento original, aunque las inundaciones que afectaron a Praga en 2002 imposibilitaron rescatar todos los detalles de los interiores de la época.

“Al iniciar la restauración topamos con un grave problema. Es que toda la documentación fue destruida por las inundaciones. Luego conseguimos algunas fotocopias y planos del interior del bar y arañas que nos sirvieron de pauta. Las fotos eran en blanco y negro, así que no sabemos qué colores había aquí originalmente”, indica el dueño del local.

La cafetería Grand Café Orient es un local que promociona plenamente el cubismo. Hasta pueden pedir aquí pasteles que evocan este estilo.

Como uno de los postres típicos checos, “věneček” o sea “coronita”, que generalmente es redondo, pero aquí adquiere una forma cuadrada influenciada por el cubismo.

El postre 'věneček' en la cafetería Grand Café Orient ,  foto: Martina Schneibergová

“Colaboramos con una confitera maravillosa, una verdadera campeona mundial de pastelería, que inventó este postre que se convirtió en el mayor aliciente de este local que todos quieren probar. La cafetería quiere conmemorar la época vieja del cubismo. No vale la pena buscar aquí nuevas tendencias modernas”, expresa.

Si quieren disfrutar de la atmósfera de los principios del siglo XX, en la época del cubismo, no duden en acudir a la Casa de la Madona Negra de Praga. En el edificio podrán visitar además el museo del cubismo amparado por la Galería Nacional.

Amigos, por hoy nos despedimos, pero el próximo sábado les llevaremos a otra de las cafeterías emblemáticas de la capital checa.

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