Frantisek Nepil

Un libro de Frantisek Nepil para los niños

Hay escritores buenos y malos. Y entre los buenos los que escriben la gran literatura que se dirige a los lectores de todo el mundo, ganándose renombre internacional. Pero hay otros que se hicieron grandes por miniaturas literarias que llegan sólo a un reducido círculo de lectores de su país pero de las que uno se enamora por su espíritu altamente humano y sabiduría. A este grupo de escritores pertenece Frantisek Nepil.

"Delante de mí hay un micrófono, luego una caja con unos botones y sobre todo con la luz roja. Cuando ésta se encienda, tengo que empezar a hablar, si no lo hiciera parecería que nuestra emisora hubiera sido puesta fuera de servicio", la voz inconfundible de Frantisek Nepil habló regularmente por las mañanas durante varios años a los oyentes de la Radiodifusión Checa.

Frantisek Nepil les hablaba de las cosas corrientes de la vida cotidiana, las que, sin embargo, en su interpretación adquirían un encanto especial. Sus narraciones, llenas de optimismo, sinceridad, sentimiento y humor amable, eran capaces de iluminar lo gris de las mañanas en que uno se bambolea por la casa buscando su habitual taza de café para apresurarse después a ir al trabajo.

Narrador es la palabra que caracteriza más exactamente a Frantisek Nepil, narrador al que vale la pena escuchar.

"La palabra no es sólo un sonido y un instrumento para comunicarse, la palabra es también medicamento y alimento. No cada palabra, así como todo lo que es alimento sirve siempre para comer", transmitía a los radioescuchas durante una de sus "clases de comunicación humana", como podrían denominarse sus narraciones radiofónicas, publicadas más tarde en forma de libro.

En 1983 fueron recogidas en el libro "Buenos y aún mejores días", dicho con el que Frantisek Nepil solía terminar sus emisiones matutinas. Temas de la vida cotidiana y de la infancia del escritor aparecen también en el libro de cuentos "Chanclas de líber".

Así como está compenetrada de lo típico checo la obra literaria de Frantisek Nepil lo está también con su vida. El escritor se dedicaba con mucho entusiasmo a la gran afición de los checos - la casa de campo. Sus consejos para los propietarios de una casita de campo los resumió de una manera humorística en el libro "Cómo hacer y cuidar la casa de campo".

Pero Frantisek Nepil era al mismo tiempo un gran aficionado a los viajes. Sus experiencias del viaje a la entonces Yugoslavia al que viajó con su familia en el viejísimo modelo "Praga-Baby" las compartió con los lectores en la obra "Agosto con Bejbinka". Bejbinka - con este diminutivo se apodaba a ese automóvil checo fabricado en los años treinta del siglo pasado. El que quiera dejarse llevar por los lugares preferidos del viajero Frantisek Nepil puede abrir su "Atlas Pequeño de mi Corazón". Los lectores pueden con el escritor pasar de contrabando alcohol a Suecia o pasar con él el mes de Ramadán.

"En Turquía dormíamos en una tienda de campaña y cada noche nos despertaba el sonido de los tambores", cuenta Frantisek Nepil. "Nos acordábamos de los caníbales y temíamos de que uno asomara por la entrada en la tienda y ... Cuando me atreví al final a averiguar lo que significaba ese ruido por la noche, llegué a saber que era Ramadán y que los tambores anunciaban a los musulmanes que podían empezar a comer. Adaptarse a tal costumbre no me resultaba demasiado difícil. Cada noche, al sonar los tambores, me levantaba y comía algo también. Y al volver a casa continué haciéndolo. La única diferencia es que el Ramadán musulmán dura un mes, y el mío todo el año", bromeaba sobre sí mismo el escritor.

Cuando falleció, en el año 1995, perdieron a un narrador inolvidable no sólo los lectores adultos, sino también los niños. Frantisek Nepil inventó para ellos un montón de seres fabulosos: Al "Hombrecillo de Adormidera" y a la "napea Evelina" los conoce casi cada niño checo en edad preescolar.

La mejor manera de despedirse de Frantisek Nepil será con sus propias palabras: "En el mundo hay suficiente lugar al sol para todos, basta con que cada uno se siente de tal modo que los demás puedan también hacerlo".