Frantisek Kmoch - compositor de música de instrumentos de viento y director de orquesta
"Éste era un músico checo", cuando en la gran pantalla apareció en febrero de 1940 la película con este título, inmediatamente batió el récord de taquilla. Transcurrió un año de la ocupación de las tierras checas por los nazis y el estreno de este filme dedicado al famoso compositor de la música de instrumentos de viento checo Frantisek Kmoch fue interpretado en aquél entonces como símbolo de la resistencia nacional contra la germanización.
Con esta bella canción, con arreglo musical de Frantisek Kmoch, se inaugura cada mes de junio en la ciudad de Kolín, en Bohemia Central, el Festival de marchas y de música de instrumentos de viento. El festival denominado "El Kolín de Kmoch" rinde homenaje desde 1961 a la memoria de este fundador de la Orquesta de música de instrumentos de viento de la ciudad de Kolín, arreglista de antiguas canciones del campo checo y fervoroso patriota.
Frantisek Kmoch nació en el año revolucionario de 1848 en Zásmuky, una pequena aldea a 50 kilómetros de Praga. De los cinco hermanos, solamente Frantisek heredó de su padre, excelente clarinetista, el amor hacia la música. Estudió en el Instituto Normal, desempenándose luego como maestro en escuelas rurales de la región de Kolín. Aunque amaba mucho su profesión, la música le atraía aún más. Primero trató de compaginar las dos actividades, ensenando de día y tocando el violín y el piano en bandas de la música de instrumentos de viento por la noche.
Sin embargo, las noches pasadas en vela pronto se manifestaron en la insuficiente dedicación a sus obligaciones laborales y no le salvó de la suspensión ni la intervención de su mecenas, el barón Theodor Karel Hrubý de Jelení. Frantisek Kmoch se trasladó a la ciudad de Kolín, situada en una de las regiones checas más fértiles que por aquél entonces conoció un gran desarrollo industrial y arquitectónico. Allí Kmoch fue nombrado en 1871 director de la orquesta de "El Halcón", organización de educación física checa con claras connotaciones nacionalistas.
No duró mucho tiempo y la fama de la orquesta bajo la batuta de Kmoch sobrepasó las fronteras de las tierras checas, cosechando grandes éxitos en las capitales centroeuropeas Praga, Viena y Budapest, así como en la ciudad polaca de Cracovia y en Nizhni Novgorod, en Rusia. A la orquesta de Frantisek Kmoch le aplaudieron incluso los habitantes de la metrópoli morava de Brno, por aquél entonces fuertemente germanizada.
En Brno Frantisek Kmoch fue acogido muy cordialmente ante todo por el célebre compositor checo, Leos Janácek, quien le felicitó por su infatigable labor en favor de la canción checa y su abnegado compromiso con la causa nacional. Kmoch compuso o arregló más de 500 piezas de baile y marchas con estribillos melódicos y fácilmente recordables. En sus polkas, valses y mazurcas palpita el alma checa y el tono alegre y decidido de las actuaciones de Kmoch con su orquesta hizo bailar por doquiera salas, calles y plazas.
Frantisek Kmoch falleció en abril de 1912. Uno de los asistentes a los funerales expresó: "La última palabra sobre el fallecido director de la orquesta de Kolín no será dicha ahora, ya que su nombre pertenece a la historia de la música checa y su obra sobrevivirá a nuestra generación". Fue un deseo que se convirtió en realidad. Hoy en día quizá no exista en la República Checa ni una sola orquesta de música de instrumentos de viento que no tenga en su repertorio canciones de Kmoch.
Frantisek Kmoch es el artífice de la marcha checa, para la cual buscó la inspiración en la canción nacional. En los momentos más difíciles, en que la nación checa tuvo que luchar por su dignidad y libertad, las marchas de Kmoch la incentivaron a aguantar las adversidades. Las fanfarrias de su marcha "Con la Fuerza del León" se convirtieron en mayo de 1945 en el indicativo musical de la Radiodifusión Checa, exhortando a los praguenses a librar la última batalla contra los ocupantes hitlerianos.
Las mismas fanfarrias, llenas de patriotismo y optimismo, encantaron tanto a los halcones checos en los Estados Unidos, o sea afiliados a la mencionada organización "El Halcón", que hicieron de ellas el himno de sus festivales gimnásticos. Durante el régimen comunista, cuando los halcones eran perseguidos y muchos de ellos obligados a abandonar su patria, "Con la Fuerza del León" acompanó todos los encuentros de patriotas checos en el exilio.