Fiesta nacional de San Cirilo y San Metodio

San Cirilo y San Metodio

La República Checa celebra hoy la Fiesta Nacional consagrada a la misión evangelizadora de los germanos bizantinos, San Cirilo y San Metodio, que llegaron al territorio checo en el siglo IX. Radio Praga preparó para Uds. un programa especial dedicado al legado de esa tradición cristianizadora, cuyas raíces fueron sentadas en el entonces Imperio de la Gran Moravia.

En el siglo VIII el cristianismo penetró en la Europa Central eslava desde Europa Occidental por medio de las misiones iro-escocesas, y también desde el sur y el extremo sudoriental de Europa.

Precisamente del antiguo Imperio Romano Oriental, desde Constantinopla, llegaron al territorio checo los hermanos Cirilo y Metodio.

En el mundo eslavo, el legado de éstos misioneros comprende la diseminación del cristianismo.

En el siglo IX surgió en Moravia, hoy parte oriental de la República Checa, y en la parte sudoccidental de Eslovaquia el primer Estado de los eslavos occidentales en Europa Central que se inscribió en la historia con el nombre "Imperio de la Gran Moravia".

Durante el gobierno de los príncipes, Mojmír, Rostislav y Svatopluk, la Gran Moravia constituía una de las mayores formaciones estatales de los siglos IX y X, tanto en el terreno político y económico como en el cultural. Su máximo auge lo alcanzó en la segunda mitad del siglo IX.

En el año 863, el príncipe Rostislav solicitó al emperador del Imperio Romano Oriental, Miguel III, que enviara a la Gran Moravia una misión de eruditos cristianos con el fin de sentar las bases de una nueva organización eclesiástica, independiente de la jurisdicción de los obispos francos.

El emperador envió a la Gran Moravia a dos hermanos religiosos de la ciudad greco-bizantina de Tesalónica: Cirilo y Metodio.

La jurisdicción de los obispos francos nos indica que en el territorio de la Gran Moravia ya existían registros del cristianismo occidental y latino antes de la llegada de los eruditos bizantinos, y esto sobre todo gracias a las mencionadas actividades precursoras de los misioneros iro-escoceses.

Cirilo y Metodio concibieron su misión evangelizadora de modo más amplio. Ya antes de su llegada a la Gran Moravia, crearon un alfabeto para los que iban a evangelizar y escribieron textos litúrgicos fundamentales traducidos a un dialecto eslavo, muy próximo al habla de los habitantes del Imperio de la Gran Moravia.

La jurisdicción de los príncipes moravos alcanzaba en el siglo IX hasta Bohemia. Esto significa que en el medieval Reino de Bohemia y en la actual República Checa, la tradición granmorava fue muy fuerte, aunque la liturgia eslava cedió desde el siglo XV ante la influencia del rito latino.

La tradición granmorava nos dice que Metodio, nombrado posteriormente por el Papa romano arzobispo granmoravo, tuvo su sede en Velegrad, ubicado cerca de las orillas del río Morava.

Este hecho dio origen a que Velegrad se convirtiera posteriormente en uno de los centros de peregrinación más importante de la República Checa. Desde las postrimerías del primer milenio, para los checos Velegrad es el símbolo de su fe.

Así lo concebió también el Papa Juan Pablo Segundo, quien durante su primera visita a Checoslovaquia, en 1990, ofició una de sus misas al aire libre precisamente en Velegrad, relacionado con los albores del cristianismo en esta parte de Europa Central.

Están escuchando Radio Praga que transmite un programas con motivo de la fiesta nacional consagrada al legado de los misioneros eslavos, San Cirilo y San Metodio.

Aunque los checos se decidieron posteriormente por el abecedario y el rito latinos, el cirílico que entregaron a los granmoravos San Cirilo y San Metodio desempeñó un importante papel en la formación cultural de los checos.

San Cirilo y Metodio
Ese alfabeto sirvió para la traducción de los textos litúrgicos al idioma materno, así como para las actividades literarias. Inspiró la creación del primer código eclesiástico y estatal en este país, ofreciendo asimismo estímulos para el canto, iconografía, lecciones de homilías, codificación de textos administrativos, diplomáticos y otras esferas, incluyendo la económica.

Sin embargo, la labor cristianizadora de los hermanos bizantinos transcurría en condiciones muy complicadas y a veces conflictivas. El Imperio de la Gran Moravia tuvo que defender desde el principio su independencia ante los francos, quienes emprendían incursiones devastadoras contra las regiones fronterizas. Al mismo tiempo enviaban a Moravia a sacerdotes bávaros y alemanes con el fin de socavar la ideología política del príncipe Rostislav.

Ello significa que antes de la llegada de los misioneros bizantinos, el cristianismo no era totalmente desconocido en Moravia. La primacía de Cirilo y Metodio consiste en el hecho de que tradujeron los textos litúrgicos y sagrados al idioma comprensible para los antiguos checos. No es de extrañar por tanto que en los cinco años posteriores a 863 el cristianismo lograra echar raíces firmes en esta parte de Europa Central.

Cuando el Papa Nicolás I se enteró de las actividades exitosas de los misioneros, les invitó a Roma para que le presentasen mayores informaciones. Sin embargo, al acudir en 867 a Roma, el Papa ya había muerto, y los hermanos fueron recibidos por el nuevo Papa, Adriano II.

Los hermanos le presentaron al consentimiento las traducciones eslavas de libros litúrgicos y el Papa los santificó simbólicamente en el altar de la Iglesia de Santa María Mayor. Al mismo tiempo invistió a Metodio como obispo-misionero.

Entretanto, el hermano Constantino se enfermó y se refugió en uno de los monasterios de Roma, donde recibió el nombre monástico, Cirilo. Falleció el 14 de febrero de 869 y fue sepultado en la Iglesia de San Clemente, donde desde el siglo XIX descansan también los restos mortales de San Metodio.

Ese mismo año, o sea en 869, San Metodio regresó al Imperio de la Gran Moravia, investido como arzobispo de Panonia y Moravia. Por orden de los obispos francos, el arzobispo fue posteriormente detenido y encarcelado casi tres años en Alemania. Fue liberado tan sólo gracias a la intervención del Papa Juan VIII.

Tras regresar a Moravia, el arzobispo Metodio bautizó al príncipe checo Borivoj y a su esposa Santa Ludmila. Al mismo tiempo envió a Bohemia al sacerdote Pablo, quien junto con Santa Ludmila tiene los principales méritos por la cristianización de los habitantes de la parte occidental de la actual República Checa. En el año 874 fue construida cerca de Praga la primera iglesia checa consagrada a San Clemente.

Los obispos francos siguieron criticando el hecho de que Metodio predicara en tal bárbaro e incomprensible idioma, pero el Papa Juan VIII confirmó en 880 que el idioma eslavo podía ser utilizado durante los santos oficios.

En el año 881 el príncipe granmoravo, Svatopluk, solicitó que el sacerdote alemán Wiching fuera investido como obispo de Nitra, ciudad que se encuentra en territorio eslovaco, subordinado en aquél entonces a la diócesis de Metodio. Partiendo de sus experiencias con los francos, Metodio se opuso a esa arbitraria decisión.

Wiching acusó a Metodio de proteger sólo la liturgia eslava y que sus predicaciones son heréticas. Sin embargo, el Papa rechazó las acusaciones de Wiching. Al mismo tiempo reafirmó su investidura.

Tras la muerte de San Metodio, acaecida el 6 de abril de 885, el Papa Estébano V apoyó a Wiching encargándole administrar toda la archidiócesis. Los seguidores de Metodio fueron expulsados del Imperio de la Gran Moravia. La mayoría se trasladaron a los Balcanes, continuando en sus actividades principalmente en Bulgaria. La liturgia eslava desapareció del territorio checo.

En los primeros siglos del segundo milenio en el Reino de Bohemia se produjeron dos intentos por la recuperación del legado de San Cirilo y San Metodio.

Alrededor de 1034, San Procopio fundó en Sázava, Bohemia Central, un monasterio que encabezó hasta su muerte en 1053. El monasterio fue destinado a los monjes que practicaban la liturgia en el antiguo idioma eslavo. La iniciativa de San Procopio fue apoyada por los príncipes checos, principalmente Bretislao I.

Durante casi cien años Sázava fue un importante centro medieval de la cultura y la literatura eslavas. En el monasterio de Sázava se producían manuscritos en eslavo antiguo que se difundían a otros países del área.

Hacia fines del siglo XI, los monjes eslavos de Sázava fueron expulsados del país y la liturgia eslava prohibida. El centro eslavo desapareció y el monasterio fue entregado a los benedictinos de rito latino.

El segundo intento por la recuperación de la liturgia eslava se produjo en el siglo XIV durante el gobierno del rey checo y emperador romano- germánico, Carlos IV.

El Monasterio de Sázava registró un nuevo auge. Por ejemplo, se construyó la torre gótica de la iglesia, un proyecto del taller del arquitecto francés, Matías de Arrás, primer constructor de la Catedral de San Vito en el Castillo de Praga.

Paralelamente con la renovación de las actividades religiosas en Sázava, el emperador Carlos IV fundó en 1374 en la Ciudad Nueva de Praga el Monasterio de Emaús que también tenía como su principal misión continuar cultivando la liturgia eslava.

En 1421, el monasterio de Sázava fue destruido por los husitas, movimiento religioso del siglo XV inspirado en las doctrinas del reformador católico checo, Juan Hus. Los husitas preconizaban la pobreza eclesiástica y la hegemonía del poder civil. La iglesia de Sázava quedó por tanto inacabada y como consecuencia de los acontecimientos de esos difíciles tiempos, los benedictinos fueron expulsados, al igual que había pasado con sus precursores eslavos.

También el Monasterio de Emaús, tras el exitoso inicio de sus actividades culturales y espirituales, se convirtió después de 1418 en objeto de los ataques de los husitas checos. El convento fue saqueado y los frailes expulsados.

Es casi un hecho simbólico que tanto el Monasterio de Sázava como el Monasterio de Emaús siguen afectados por golpes históricos. El Monasterio gótico de Sázava nunca fue acabado, mientras que el monasterio de Emaús fue víctima de un bombardeo perpetrado a finales de la Segunda Guerra Mundial por las Fuerzas Aéreas de EE.UU.

El histórico recinto gótico fue destruido debido a un error de la aviación estadounidense. De la iglesia gótica quedaron solamente ruinas, y las actividades monásticas, esta vez de los benedictinos de rito latino, fueron reanudadas en el claustro tan sólo después del desmoronamiento del régimen comunista en 1989.

Todo lo anteriormente dicho indica que el proceso de la cristianización de la nación checa fue un proceso muy complejo. Un historiador contemporáneo diría que la cristianización del Imperio de la Gran Moravia por San Cirilo y San Metodio tuvo un carácter solamente simbólico, porque el cristianismo vino a las latitudes checas ya antes, a través de las misiones iro-escocesas y de Italia y Baviera.

Desde el siglo XIX, cuando en el renacimiento nacional jugaba un papel importante el paneslavismo, se consideraba como mérito principal de los hermanos de Tesalónica la creación del alfabeto eslavo y el establecimiento de los contactos culturales con el Oriente eslavo. Aunque es así, los checos y los eslovacos acabaron por adherirse al Occidente latino.

Pese a todo lo anteriormente dicho, la obra de los santos Cirilo y Metodio tuvo gran importancia política para el Estado de la Gran Moravia, ayudando a los príncipes Rostislav y Svatopluk en la edificación de una organización eclesiástica independiente.

No obstante, el propio arzobispo Metodio chocó al final con los intereses estatales de la Gran Moravia al insistir en la liturgia eslava.

Este hecho fue aprovechado por los adversarios de Metodio quienes sostenían que su actitud de evangelizador amenazaba incluso las propias bases del Arzobispado moravo. El príncipe Svatopluk optó por la única medida entonces posible, prohibiendo la liturgia eslava y expulsando del país a los discípulos de Metodio.

Del legado de los hermanos Cirilo y Metodio permanece viva la idea humanista en el sentido de que todas las naciones tienen los mismos derechos ante Dios, pudiendo tomar parte activa en el cristianismo y su cultura. Así, ambos hermanos contribuyeron a que los habitantes del Imperio de Gran Moravia dejaran de ser considerados bárbaros incultos sin textos literarios y religiosos.

Autor: Vít Urban
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