Fernando Arrabal, Picasso y las mujeres kamikazes

Fernando Arrabal y su mujer Luce Moreau, foto: Carlos Ferrer

Fernando Arrabal, posiblemente uno de los autores españoles contemporáneos más inclasificables y controvertidos, fue una de las estrellas invitadas con ocasión del vigésimo Festival de Escritores de la capital checa. En entrevista para Radio Praga nos relató la última historia de amor de Picasso, al que también acompañó al final de sus días la abnegación de una mujer kamikaze.

Fernando Arrabal,  foto: Carlos Ferrer
Icono del teatro del absurdo, novelista laureado, poeta prolífico, ensayista, cineasta y último de los surrealistas, Fernando Arrabal se codeó en su momento con la crema de la vanguardia, como André Breton, Andy Warhol o Tristan Tzara, y en la actualidad sigue en la cresta de la ola, compartiendo un mundo de arte y provocación con figuras de la cultura francesa como Michel Houellebecq, Milan Kundera o Catherine Millet.

Y hablando de grandes hombres, y sobre todo de grandes mujeres, en tertulia con Radio Praga, Arrabal detalló la última historia amorosa de Pablo Picasso, vivida con Jacqueline Roque y marcada por un hecho poco conocido sobre los últimos años del pintor español.

“Picasso nunca fue amado por una mujer, y de pronto llega un momento en el que, cuando tiene la enfermedad de la próstata, como comunista (los comunistas no tienen confianza más que únicamente en los Estados Unidos), va a un hospital americano. Y allí encuentra unos bárbaros que lo capan. Cuando vuelve va a conseguir el amor. Porque está Jacqueline, y ella es un ser excepcional. Además, era muy guapa, pequeñita, con los ojos azules. Habría podido tener todos los novios que hubiera querido”.

Las expresiones de amor de Jacqueline eran tales que Arrabal llega a dudar de su sinceridad. Estaba, sin embargo, equivocado.

Fernando Arrabal y su mujer Luce Moreau,  foto: Carlos Ferrer
“A la muerte de Picasso, Jacqueline se convierte en, probablemente, la mujer más rica del mundo. Pero hay algo que le falta. A esa mujer que tiene todo hay algo que le falta. El capado. Le falta Picasso. Y se suicida”.

Una mujer abnegada, entregada a su hombre a pesar de sus carencias, o precisamente por ellas. Un arquetipo que él llama kamikaze femenina y que vio repetirse en la hermana de Claudel, las Nadja y Elisa de Breton, la Simone de Cioran y, por supuesto en su propia esposa, Luce Moreau, como ya le advirtió muy pronto la misma Suzanne Beckett.

Samuel Beckett
“Y en ese momento, yo tengo 20 años y Samuel Beckett me está diciendo lo que piensa de mí, Susana se vuelve a Luce y le dice: hasta ayer Beckett no ha podido vivir de la pluma. Fue rechazado por todas partes. Y desde luego usted va a tener que pasarlas muy mal, y va a tener que dar muchas lecciones en la Sorbona para que pueda escribir su marido”.

En uno de los actos del Festival de Escritores de Praga, Arrabal compartió escenario con el premio Nobel de Literatura Gao Xingjian, al que le une la experiencia de haber sido perseguido y forzado al exilio por un régimen totalitario. Arrabal definió las figuras de Franco, Hitler, Mussolini y otros dictadores como personajes obcecados en la transformación del mundo, pero con el problema de que a pesar de concentrarse en su tarea y no ser totalmente estúpidos, no hicieron ascos a las ideologías.