Exposición "Polvo y Gasolina" en el Palacio de Troya de Praga

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¿Son ustedes, estimados oyentes, automovilistas apasionados? ¿Les interesa la historia de los coches y el fascinante desarrollo de la industria automovilística? ¿Quieren saber más sobre la época de oro del automovilismo checoslovaco? Si es así, visiten imaginariamente con Radio Praga el Palacio de Troya, en Praga,donde tiene lugar la exposición "Polvo y Gasolina".

El cómico checo más célebre, Vlasta Burian, conduciendo su lujoso coche deportivo, vestido de blanco, con una bufanda que ondea alegremente ... o Eliska Junková, la piloto checa más famosa, al volante de su "buggi" amarillo, transitando por una polvorienta carretera ... y miles de aficionados a los automóviles y a la música swing ....

... Así podría describirse el auge del automovilismo en la Checoslovaquia de Entreguerras. Este período conocido como "Polvo y Gasolina" lo documenta la exposición organizada en el capitalino Palacio de Troya con mucho esmero por la Fundación Eliska Junková y la Galería de Praga. Se trata de la primera

exposición de insignias y medallas conmemorativas, cuadros, bustos y otros objetos que poseían por aquél entonces los numerosos y populares clubes automovilísticos.

En la Checoslovaquia de Entreguerras ser miembro de uno de estos clubes fue considerado uno de los signos imprescindibles de la alta sociedad, además de emprender viajes regulares a París para estar al corriente sobre las nuevas tendencias en la música, la moda y el arte. Los clubes automovilísticos organizaron para sus miembros un gran número de encuentros y competiciones, pero también bailes y conciertos, constituyendo un componente importante de la vida social de la nación checa.

Los autoclubes solían organizar recorridos en automóvil con las más diversas, y

a veces románticas ocasiones, por ejemplo en busca del sol naciente o tras la caída de la primera nieve en las montanas checas. Cada participante obtuvo luego una insignia conmemorativa con motivos automovilísticos, la fecha y la denominación del evento. Entre los autores de estas insignias figuraron destacados artistas checos, tales como el escultor Ladislav Saloun y el pintor Josef Lada.

La mayoría de las insignias de los autoclubes fueron de bronce o de plata, con ricos grabados. En los años treinta se pusieron muy de moda sobre todo recorridos en automóvil en invierno, siendo galardonados los participantes con preciosas insignias con escenas de paisajes nevados.

Las insignias que en el Palacio de Troya más atraen la atención, son las del Harley Club Praga que entre los autoclubes checos cuenta con mayor tradición. En 1933 presentó una placa muy interesante con el trazado del trayecto y una brújula. Y los participantes del tercer recorrido nocturno del Harley Club obtuvieron en 1935 una placa muy bien lograda desde el punto de vista artístico: su motivo central fue un reflector cortando el cielo estrellado.

La atmósfera de los años felices de "polvo y gasolina" está evocada en la misma antesala del palacio de Troya. Lo primero que el visitante ve y que llama su atención, es la antigua motocicleta marca Böhmerland, con un gracioso side-car. Esta motocicleta de color rojo y amarillo, que con sus más de cuatro

metros pertenece a los modelos más largos del mundo, representa una excéntrica obra técnica de los tiempos pioneros de la industria automovilística.

La última muestra de la exposición es un busto de la piloto checa Eliska Junková, del año 1928, en cuyo rostro se contempla una cálida y franca sonrisa y que parece velar simbólicamente por la bella exposición.

Cabe agregar que la exposición estará abierta hasta el 31 de octubre.