Estudiants de català a Txèquia?

El primer día de clase, foto: Daniel Ordóñez
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Puede que mucha gente no lo sepa, pero entre las lenguas que se estudian en Praga, también se encuentra el catalán. Esta semana dio comienzo el nuevo curso, que aunque se imparta aprovechando un aula de la Universidad Carolina, es gratis y está abierto a todo el mundo.

Michal Novenko,  foto: Daniel Ordóñez
El catalán es la lengua de más de siete millones de personas, lo cual no está nada mal. Sin ir más lejos, es aproximadamente dos terceras partes de los hablantes que tiene el checo, y más de los que tienen lenguas como el eslovaco o el danés. Pero no es muy frecuente que lo estudien extranjeros que no vivan en Cataluña, Baleares u otro de los lugares donde se habla catalán. El organista checo Michal Novenko, que se encuentra entre los alumnos más avanzados de la clase, esgrime la que seguramente es la razón principal.

“El catalán es una lengua que prácticamente no necesitas para comunicarte porque casi todo el mundo catalán habla también castellano”.

El profesor,  Andreu Bauçà,  foto: Daniel Ordóñez
Las razones que pueden llevar a un checo a estudiar catalán pueden ser muchas y muy distintas. A primera vista puede parecer que, si la necesidad de tener que hablarla está descartada, será por puro placer, por curiosidad filológica quizá, como es el caso de Michal Novenko.

“Me gustan mucho las culturas de los países como España, Francia o Italia. Pero yo estoy especialmente enamorado de los Países Catalanes. Tengo muchos amigos, sobre todo en las Islas Baleares, me encanta la cultura de las Islas”.

¿En qué se diferencia a los ojos de un checo el catalán de otras lenguas surgidas del latín? Para Novenko, como para otros muchos, una característica destaca sobre el resto.

“En comparación con el catalán, todas las otras lenguas parecen más sencillas, más fáciles”.

El primer día de clase,  foto: Daniel Ordóñez
El músico, como conoce bastantes lenguas, puede juzgarlo así. Pero el desafío es precisamente uno de los atractivos para Novenko.

“Para mí es una aventura. Es una de las más complicadas entre las lenguas románicas. Es un fantástico entrenamiento para la boca. La fonética catalana es bastante difícil, mucho más que la española”.

Pero hablar catalán además puede ser práctico. Muchos estudiantes universitarios de intercambio se van a ciudades como Barcelona o Valencia para aprender castellano, ignorando la diversidad lingüística dentro de España.

No fue ese el caso de Jana Kuklová. Estudió castellano en la escuela secundaria y después empezó a estudiar catalán. Reconoce que su sonido no le agradaba demasiado al principio, pero que ahora el catalán le gusta más que el español. Para Jana sí fue importante conocer la lengua cuando estudiaba en Barcelona. Aunque por su relato, puede que fuera complicado no terminar confundiéndose entre las dos.

“El año pasado estaba en Barcelona de Erasmus y era una gran ventaja hablar catalán y castellano porque todo el mundo en la universidad habla en catalán… bueno, es una mezcla. Hay estudiantes que hablan solo catalán y estudiantes que hablan solo castellano. Los profesores lo mismo. Había exámenes donde el enunciado estaba la mitad en catalán y la mitad en castellano. Para los extranjeros era una tontería”.

Situaciones un tanto extravagantes aparte, Jana se convirtió en toda una entusiasta del catalán y su cultura gracias a su etapa barcelonesa. También es seguidora de un buen número de grupos de que cantan en esa lengua. “Els Pets, Lax'n'Busto, La Troba Kung-Fú, Antònia Font”, enumera Jana.

El día 15 de octubre, en la misma aula del Rectorado de la Universidad Carolina donde se imparten las clases, se proyectará el corto ‘Postales de Praga’ que, financiado por el Gobierno de Andorra, y dirigido por el realizador Diego Fandos, grabaron este año los alumnos de catalán de Praga.

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