Esquiadores de travesía se apoderan de las montañas checas
La pandemia ha convertido el esquí de travesía en el deporte estrella en la República Checa. Les descubriremos la magia de esta actividad que fusiona turismo y deporte.
La clausura de las pistas de esquí durante el primer año de la pandemia impulsó que muchos checos descubrieran el encanto del esquí de travesía, conocido también como el esquí de montaña. A diferencia del esquí alpino, el ascenso a las pendientes no depende de telesquíes y teleféricos, sino que se realiza con el propio esfuerzo, explica el rescatador y esquiador de travesía David Savický, del Servicio de Montaña de la estación de esquí de Ještěd, en la ciudad de Liberec.
“La ventaja de este deporte es que en los esquíes se pueden colocar unas correas especiales que facilitan el ascenso a la pendiente. Después se quitan y se desciende como en el esquí clásico. Observamos que cada año aumenta el número de esquiadores de travesía. Es un deporte hermoso y popular”.
Las correas de ascenso son conocidas entre los esquiadores también como pieles de foca. En el pasado, la gente de los países nórdicos colocaba pieles de estos mamíferos en los esquíes para facilitar el movimiento en la nieve. Sucesivamente, la piel fue reemplazada por mohair procedente de pelo de cabra y actualmente se fabrican de fibras sintéticas. Para practicar el esquí de travesía se requiere un equipo especial, que incluye tablas de esquí, botas y fijaciones particulares, explica Savický.
“Los esquíes son un poco más ligeros que los clásicos. No son tan rígidos y las fijaciones son menos robustas y más ligeras. La diferencia es que permiten al esquiador fijar la bota dentro del esquí para descender la pista y liberarla para ascender, es decir, el talón no está fijado, es similar al esquí de fondo. Incluso se puede ajustar la altura del tacón, así que la comodidad del ascenso depende de la elección de cada uno”.
Un deporte para cualquiera
La compra del equipo para esquí de travesía no es ninguna tontería. No obstante, después de la inversión inicial, los esquiadores se ahorran dinero en forfaits de las estaciones de esquí y el tiempo haciendo cola para subir a los teleféricos.
“La compra del equipo básico, que incluye esquí, fijaciones y botas, comienza aproximadamente a partir de 1000 euros. Hay que tener en cuenta que si se dirigen a zonas particulares, como son los Montes Gigantes (Krkonoše), Montes de Jeseník y los Alpes, hay que llevar el equipo antiavalancha, que incluye una sonda, un buscador, una pala y eventualmente una mochila de avalancha, que supone un costo de 400 euros o más”.
Para subir a las pendientes, se recomienda deslizar las tablas por la nieve y no levantar los pies. La subida a cimas más bruscas inclinadas más de 35 grados requiere la técnica del zigzag. Pese a que no lo parezca a primera vista, no hace falta disponer de una excelente condición física para practicar el esquí de travesía. El rescatador sostiene que es un deporte para cualquiera.
“Paradójicamente, muchos principiantes suben a las pendientes con facilidad, cada uno va a su ritmo, y los que no tienen una buena condición física, simplemente suben más lento. Algunos problemas pueden surgir a la hora del descenso. Si no descienden por una pista de esquí, sino por un terreno abierto, puede resultar difícil si no se domina la técnica”.
Para prevenir el riesgo de avalanchas, Savický recomienda consultar la página del Servicio de Montaña donde se publican advertencias y grados de riesgo, así como disponer del equipo contra avalanchas y no salir a las montañas a solas.
Naturaleza y libertad
Jitka Hampacherová se aficionó al esquí de travesía hace dos años. Como oriunda de la ciudad de Liberec, que está rodeada de montañas, tiene la oportunidad de disfrutar su afición con frecuencia.
“No es solamente un deporte, es más bien una excursión o un tiempo que disfrutas sola con tus pensamientos o, si quieres, con tus amigos. Es más bien una excursión que deporte en sí”.
Jitka subraya también las ventajas del esquí de travesía frente al esquí alpino.
“Primero, es más barato. Y segundo, es un tiempo en la naturaleza y puedes disfrutar la libertad. Pasas por terrenos donde en invierno no suele haber mucha gente. Yo voy a menudo a los Montes Gigantes (Krkonoše) y normalmente subimos por caminos turísticos, llegamos hasta arriba y tenemos unas vistas bonitas a las montañas y paisaje. Luego bajamos por una pista de esquí normal”.
Los esquiadores de travesía tienen que respetar las rutas señaladas que se pueden consultar en Internet. Las zonas populares en la República Checa son los Montes Gigantes, Montañas de Jeseník, Beskydy y Dolní Morava. Para una escapada rápida, muchos esquiadores se dirigen al monte Ještěd, en Liberec.