Espeleotemas, murciélagos y falsificadores de monedas en las cuevas de Koněprusy
Las cuevas de Koněprusy son el mayor sistema cavernoso de la República Checa. Su abundante decoración de espeleotemas es una preciosidad. Ofrece elementos únicos, como las conocidas como rosas de Koněprusy con granos de ópalo, los órganos o las cortinas de espeleotemas, o extravagantes espeleotemas que crecen en distintas direcciones, entre otros muchos fenómenos. Las cuevas fueron abiertas al público en el aňo 1959.
Las cuevas de Koněprusy son el mayor sistema cavernoso de la República Checa. Su abundante decoración de espeleotemas es una preciosidad. Ofrece elementos únicos, como las conocidas como rosas de Koněprusy con granos de ópalo, los órganos o las cortinas de espeleotemas, o extravagantes espeleotemas que crecen en distintas direcciones, entre otros muchos fenómenos. Las cuevas fueron abiertas al público en el aňo 1959.
En el siglo XV, durante el reinado de Jorge de Podiebrad, había dentro un taller de falsificación de moneda. Se acuñaban monedas de cobre y las bañaban en plata de forma que no podían distinguirse de las auténticas. Los falsificadores tuvieron suerte de no ser nunca descubiertos y las cuevas cayeron después en el olvido.
Durante la visita a las cuevas también se pueden ver esqueletos encontrados. Hay restos de animales de hace 1,5 millones de años que vivían allí, como un oso cavernario o un león de las cavernas, pero también de otras criaturas que se cayeron dentro, como un rinoceronte, un caballo, un bisonte o un mono.
En el interior de las cuevas hay unos diez grados a lo largo de todo el año y son un importante lugar para pasar el invierno para los murciélagos. El recorrido de unos 620 metros se realiza con un guía en alrededor de una hora y uno ni se da cuenta de haber subido o bajado 500 escalones.
Las cuevas de Koněprusy están a unos 30 kilómetros de Praga, cerca de los castillos de Karlštejn, Křivoklát, Točník y Žebrák, la real ciudad de Beroun o el palacio de Hořovice.