En RCh una familia pequeña es la regla

El número de habitantes de la República Checa se incrementó en 80 mil personas en el año 2008, en comparación con el año anterior, gracias a la tasa de natalidad y a los extranjeros que se radicaron en este país. Los especialistas en demografía advierten no obstante, que la población checa va envejeciendo rápidamente y que dentro de algún tiempo el número de jubilados podría superar el de los ciudadanos económicamente activos. Aunque el año pasado nacieron unos 120 000 niños, que es el mayor número de recién nacidos desde el año 1993, los matrimonios checos suelen tener uno o dos hijos, excepcionalmente tres.

En esta edición de A Toda Marcha, algunos checos opinarán sobre si prefieren familias pequeñas o grandes. La primera en hablarnos del tema fue Jiřina, de la localidad de Moravský Krumlov, al sureste del país.

“Lo ideal es una familia de tamaño mediano, que no sea ni pequeña ni muy grande. Cuando hay muchos hijos, además de las alegrías que éstos traen a sus padres, suelen surgir también muchos problemas. Los niños requieren siempre gran cuidado y atención. A su vez, si hay pocos niños en la familia, los padres se concentran demasiado en ellos y los sobreprotegen, lo que tampoco es bueno para el niño”, dijo Jiřina.

Klára es una quinceañera de Brno que, según nos cuenta, tiene dos hermanos, lo que ella considera como el límite máximo.

“Creo que es bueno tener uno o dos hermanos, porque puedo compartir con ellos muchas cosas. Pero no quisiera tener más, porque perdería con ello toda privacidad y eso me molestaría”.

Klára recordó que sus padres provienen ambos de grandes familias. De vez en cuando se juntan todos y, mientras que sus padres están muy contentos con encontrarse con esa multitud de personas, Klára indica que ella más bien sufre.

“Las familias de mis padres son muy numerosas y viven en Praga, Brno, Znojmo y otros lugares del país. Cuando se juntan todos en alguna fiesta, es algo impresionante pero a la vez desagradable para mí. Todos se abrazan, se saludan y hablan de una sola vez, así que no se entiende nada. Yo trato de que nadie se dé cuenta de que estoy allí, de hacerme invisible”, señaló Klára.

Por su parte Barbora, de 13 años de edad, quien vive en Praga, sostiene que se sentiría feliz si tuviera una grande familia. Es hija única y a veces se siente muy sola, según reconoce.

'Núcleo familiar' checo
“La verdad es que, por ser hija única, difícilmente puedo opinar sobre una grande familia. Pero lamento no tener hermanos. Cuando mis amigas me cuentan que se han peleado con su hermana o su hermano, les envidio. Yo estoy sola en casa la mayoría del tiempo porque mis padres trabajan, y no tengo con quien pelearme, pero tampoco con quien jugar o compartir ideas. Por eso mismo, cuando sea adulta desearía tener más hijos”, afirma Barbora.

En las diferentes regiones de la República Checa los ciudadanos tienen una opinión diferente sobre la cantidad ideal de hijos en la familia. Mientras que al norte y al occidente del país, así como en Praga prefieren familias pequeñas, en el sur y el este se mantiene la tradición de las grandes familias, que tiene sus raíces en siglos pasados.

Los sociólogos señalan, no obstante, que el principal tema actual de la familia checa no es el número de hijos, sino el número de divorcios y, por ende, la cantidad de niños que viven en familias incompletas. El índice de divorcios es el más alto en la historia del país. Más de 31 mil parejas se separaron durante el año 2008. Por cada nuevo matrimonio hubo un divorcio. Éste es un dato alarmante que merece atención, afirman los especialistas.