En Paraguay encontré la tranquilidad
El médico checo Robert Kovarik afirma que el Paraguay es un paraíso para vivir. Después de 25 años en Alemania, donde se refugió ante el régimen comunista, el año pasado decidió trasladarse con su esposa a Asunción. ¿Qué le motivó para esta decisión? Nos lo contará en esta edición de A toda marcha.
"Primero dijo: Venid con nosotros a España. Nosotros le contestamos que se había vuelto loco, que teníamos un consultorio privado en Alemania, que no nos faltaba nada, entonces, por qué deberíamos irnos a España. Y él se fue, estableció en España un comercio con víveres, se compró una casa, trajo a toda su familia, pero de repente, después de unos dos o tres años, volvió a visitarnos diciendo: Allá la situación tampoco parece bien, venid conmigo a Florida. ¿Tú estás realmente loco?, le dijimos. Si no nos fuimos a España, tampoco iremos a Florida. Pero él se fue, estableció un nuevo comercio, compró una casa nueva y nosotros pensábamos que estaba contento. Sin embargo, después de otros dos o tres años vino a vernos y dijo: Vayamos juntos al Paraguay. Pensábamos que se había vuelto loco definitivamente. Pero cuando empezó a explicar la idea, nos pusimos a reflexionar y esa misma noche decidimos que sí".
¿Por qué se sintieron tan atraídos precisamente por Paraguay? Robert Kovarik revela que ya sabía algo del país de los libros del famoso explorador y botánico checo Alberto Vojtech Fric. Además su padre vivió durante varios años en América del Sur y le gustó mucho. La decisión fue adoptada, pero los esposos Kovarik no quisieron realizarla sin prepararse debidamente.
"Nunca antes hemos viajado tan lejos, a América del Sur. Buscamos información en Internet y vimos que la Cámara de Comercio Paraguayo-Alemana organiza un curso de tres días para familiarizarse con el país. El que está interesado en radicarse en el Paraguay, tiene la posibilidad de averiguar mediante una serie de ponencias de expertos de diferentes ámbitos si vale la pena o no. Pues, mi mujer y yo nos matriculamos en ese curso, nos fuimos al Paraguay, por primera vez vivimos un calor de 43 grados centígrados, conocimos a varias personas interesantes y nos dijimos: Bueno. Vámonos".Los hijos del matrimonio Kovarik ya son adultos. No obstante, a pesar de ello, ¿qué opinaron cuando sus padres les anunciaron que habían decidido mudarse tan lejos?
"Bueno, estuvieron sorprendidos un poco, pero reconocieron que teníamos motivos bien fundados. Cuando todavía era estudiante de medicina en Praga y también después cuando ya ejercía mi profesión me encontraba a menudo con la situación de que la gente de mediana edad se sentía abatida por el hecho de tener que cuidar de sus padres viejos e impotentes. Tenían un problema. Tenían obligaciones con respecto a sus hijos y por otro lado con respecto a sus padres y se volvieron neuróticos. Toda su vida productiva la pasaron cuidando de alguien y al jubilarse ya era tarde. Nos dijimos con mi esposa que no podíamos hacer esto a nuestros hijos. ¿Por qué quedarnos en Alemania esperando si nuestra pensión no alcanza para vivir tal como quisiéramos? Vamos a desaparecer del horizonte, para nuestros hijos será bueno porque podrán independizarse y demostrar sus capacidades".
¿Se acuerdan todavía hoy de sus primeras impresiones del Paraguay? ¿No fue un golpe cuando entraron por primera vez a las calles de Asunción? Es algo completamente diferente a lo que estamos acostumbrados en Europa."Es verdad que es algo diferente y la primera impresión no era de ese lujo que tenemos en las carreteras europeas. Pero nosotros no éramos unos mimados, sabíamos muy bien lo que nos esperaba acá. Nos recordó a la Bohemia de nuestra juventud, a Praga cuyas calles se encontraban igualmente levantadas, deterioradas, la ciudad también estaba sucia, los revoques caídos, pero la gente era amistosa, uno con el otro se comportaba bien. Y acá en Paraguay es así, las relaciones humanas son diferentes. Cuando uno enciende la radio, en Europa escucha sólo una música agresiva de tecno, acá ponen melodías armónicas tipo Julio Iglesias. El estilo de vida es completamente diferente. Tranquilo. Y eso es lo que nos conviene".
Foto: autora