En el palacio de Ratiborice se fraguó la Santa Alianza contra Napoleón
Visitaremos el palacio de Ratiborice donde se fraguó la Santa Alianza contra Napoleón. En sus elegantes aposentos clasicistas y estilo Imperio solía veranear en la primera mitad del siglo 19 la hermosa y culta duquesa de Sagan. Una pareja de sus servidores fueron padres de la escritora Bozena Nemcová que inmortalizó Ratiborice en el libro "La Abuela".
Entre los lugares más visitados de Bohemia Oriental figura el palacio de Ratiborice que se alza en una elevación sobre el valle del río Úpa, denominado Valle de La Abuela en homenaje al homónimo libro de Bozena Nemcová. La escritora, nacida en 1820, plasma en su obra más conocida que ha tenido hasta ahora 350 ediciones, los recuerdos idealizados de su infancia y enaltece la sabiduría popular personificada en su abuela Magdalena Novotná.
En Ratiborice hubo primero un fuerte, mencionado en documentos escritos en 1388. El feudo perteneció en el siglo 17 a la familia noble de los Trcka. El último dueño checo de Ratiborice, Adam Trcka, fue asesinado en 1634 en la ciudad de Cheb, juntamente con el célebre jefe militar Alberto de Wallenstein. El emperador Fernando II donó la posesión confiscada al noble italiano Ottavio de Piccolomini en reconocimiento de sus leales servicios.
Entre 1702 y 1708, Lorenzo Piccolomini mandó construir en Ratiborice un palacete barroco para el veraneo y las cacerías, que imitaba las villas campestres italianas.
En 1792 adquirió el feudo endeudado el duque de Curlandia, Lituania y Sagan, Pedro Biron. Posteriormente el duque cedió Curlandia, una tierra en el Báltico, a la emperatriz rusa Catalina II y pasó a residir en la silesiana Sagan y en el feudo de Náchod al que pertenecía también Ratiborice.
Tras la muerte del duque heredó el feudo su hija cuyo nombre era muy altisonante:Catalina Federica Guillermina Benigna, duquesa de Sagan. En el libro "La Abuela" de Bozena Nemcová aparece como "la señora princesa".
La bella duquesa, dotada de una mente brillante y aguda, fue educada en el espíritu del romaticismo. Reunió en su torno a un importante circuito de artistas, filósofos y políticos. La aristócrata, de carácter independiente, hacía también incursiones en la política y era una apasionada viajera.
La hermosa duquesa de Sagan, dueña del palacio de Ratiborice, se casó y divorció tres veces. Antes de contraer su primer matrimonio había mantenido una breve relación sentimental con el general sueco Armfeld que no quedó sin consecuencias.
En enero de 1801, medio año después de contraer el matrimonio con el príncipe Rohan, la duquesa dio a luz en Hamburgo a la hija Gustava Aspasia que sería educada por los parientes del general Armfeldt en Suecia.
La duquesa de Sagan no pudo tener más hijos y por eso acogió y educó a cuatro muchachas de su parentela. La primera de las pupilas, Emilia von Gerschau, inspiró a Bozena Nemcová la creación del personaje de la señorita Hortensia, en el libro "La Abuela":
La abuela se da cuenta de la secreta pena de la joven e intercede ante su protectora aristocrática para que Hortensia pueda reencontrarse en Italia con su amor, un pintor italiano.
Pero volvamos a la duquesa de Sagan. La aristócrata se enamoró del palacio de Ratiborice donde solía veranear muy a menudo con su madre, la duquesa Dorotea,y con sus hermanas. En los años de 1825 y 1826, la duquesa mandó remodelar el palacio que se convirtió en una elegante mansión señorial con primorosos interiores que hoy en día podemos recorrer todos.
Vemos imaginariamente a la duquesa de Sagan y a sus huéspedes saboreando el té o el chocolate en el Salón de tertulias cuyo mobiliario está marcado por el clasicismo de finales del siglo 18... o disfrutando de una composición de Beethoven en el Salón Musical, amueblado en estilo Imperio.
Para el mobiliario estilo Imperio son características las patas en forma de garras de animales. Las patas doradas y en parte barnizadas de negro de las sillas del Salón Musical presentan la configuración de las garras de león.
Los visitantes tienen la oportunidad de visitar también el salón donde se fraguó la Santa Alianza contra Napoleón.
El llamado Salón de los Tres Emperadores expresa simbólicamente la importancia de Ratiborice durante las guerras napoleónicas. La duquesa de Sagan puso el palacio a disposición de su amigo íntimo, el canciller austríaco Metternich, que mantuvo en Ratiborice negociaciones diplomáticas con representantes de Rusia y Prusia. El 16 de junio de 1813 visitó Ratiborice el zar ruso Alejandro I.
Los días 19 y 20 de junio de 1813 se celebraron en Ratiborice negociaciones entre el canciller austríaco Metternich, su homólogo prusiano Hardenberg y el embajador de Prusia von Humboldt, que negociaron sobre la coordinación de las operaciones contra Napoleón. Las negociaciones desembocarían en la creación de la Santa Alianza contra el corso.
La duquesa de Sagan fue una apasionada adversaria de Napoleón y brindó ayuda a toda persona que trabajase para precipitar su caída.
La duquesa de Sagan falleció en 1839 y el feudo de Ratiborice lo heredó su hermana Paulina. Sin embargo, ésta residía en sus posesiones en Prusia de manera que pronto vendió los palacios de Ratiborice y de Náchod a los príncipes de Schaumburg-Lippe, soberanos de un pequeño Estado en Alemania Septentrional.
En el siglo 20, el último dueño de Ratiborice fue el príncipe Federico Schaumburg- Lippe. Durante la Segunda Guerra Mundial el palacio fue ocupado por el ejército nazi y en 1945 se convirtió en propiedad del Estado. En 1976 el palacio de Ratiborice y todo el Valle de La Abuela obtuvieron el estatuto de Monumento Nacional Cultural.
En 1994 se abrieron a los turistas también las salas del piso bajo donde se exhiben en los interiores de la segunda mitad del siglo 19 las colecciones de los últimos dueños del palacio, los príncipes Schaumburg- Lippe, y de sus parientes de la casa real danesa.
Los visitantes se llevan en la retina la inolvidable imagen del Gran Comedor Estival: el lujoso mobiliario seudobarroco, en las paredes los retratos oficiales del rey de Dinamarca, Federico VIII y de su consorte D.Luisa, la vajilla de la manufactura inglesa Copland sobre una mesa cubierta de un mantel de terciopelo esmeralda.