En el cementerio de Suchdol se pueden celebrar bodas y conciertos
El nuevo cementerio de Suchdol, en Praga, rompe todos los estereotipos de las necrópolis checas. Su concepto novedoso ofrece a los visitantes un espacio para recordar a los seres queridos, meditar y descansar en medio de un hermoso paisaje natural.
Los intentos por edificar un cementerio en el distrito de Suchdol datan del siglo XVIII. En 1755 fue construida la capilla de san Venceslao, que hasta la fecha se encuentra en el lugar, pero los vecinos tenían que enterrar a sus muertos a unos cinco kilómetros de distancia, en Unětice. En 1680, durante una epidemia de peste se fundó un cementerio provisional.
El nuevo cementerio de Suchdol fue idea del alcalde Petr Hejl que llegó a la conclusión de que ya era hora de que su municipio tuviera un camposanto, según dijo a la Radio Checa.
“Se trata de un lugar maravilloso, junto al monumento natural Kozí hřbety. Gracias a la construcción del cementerio disponemos de un lugar donde se pueden llevar a cabo diferentes actividades”.
Desde un principio la licitación pública estableció que se esperaba algo excepcional, como lo describe su nombre Jardines y Cementerio al lado de la Capilla de san Venceslao, al que se sumaba un huerto y una ruta de senderismo que copia parte de su perímetro. El cementerio fue pensado de tal manera que además de sepelios, puede ofrecer al público actividades tan diversas como bodas en la capilla y conciertos.
El concurso público lo ganaron dos arquitectos jóvenes del estudio OBJEKTOR, Jakub Červenka y Václav Šuba, que optaron por una solución que respeta al máximo el paisaje natural. Muros de hormigón bajos delinean los contornos del cementerio en el que dominan el espacio abierto y la luz natural, dijo Šuba.
“Lo que más me gusta es que, después de la construcción del cementerio, podamos sentarnos, por ejemplo, cerca del columbario, y disfrutar de un hermoso paisaje con vistas a la capilla o la naturaleza. Precisamente esta fue nuestra finalidad”.
Por su parte, el arquitecto Červenka se refirió a la atmósfera especial que ofrece el lugar en su conjunto.
“Me atrae que aquí no percibimos esa sensación tradicional de los cementerios con una atmósfera pesada y opresiva. Encontramos un ambiente natural que se amolda y compagina con el paisaje”.
La conservación del paisaje natural, con sus hermosas vistas, fue una condición indispensable a la hora de escoger el diseño ganador, según recordó el alcalde Hejl.
“Un aspecto importante en la licitación fue el hecho de que no debía alterarse de ninguna manera el paisaje natural, las vistas hacia la naturaleza y las vistas hacia la capilla de san Venceslao. Fue así como se determinó que no surgiría aquí un nuevo bosque, por esa razón habrá siempre pocos árboles”.
El material principal del cementerio es el hormigón, cuya exacta composición y calidad fue determinada por los arquitectos. Se hicieron muchas pruebas, se moldearon paredes en el lugar y al final eligieron dos tipos de hormigón, uno prefabricado y otro monolítico.
Los arquitectos elaboraron también un manual gráfico de cómo debían verse las tumbas y mantener así un aspecto uniforme del cementerio. El manual sugiere la horizontalidad y el concepto de paredes bajas. Por lo tanto, no se deben colocar plantas que luego excederían los muros bajos. Las lápidas también deben anclarse a las paredes de hormigón. El manual es para guiar a las personas, no para intimidarlas, coincidieron los arquitectos y el alcalde de Suchdol.