En Chernóbil no se trató de una explosión nuclear sino de vapor
Hace veinte años estalló el cuarto bloque de la central electronuclear ucraniana de Chernóbil. Una nube radioactiva contaminó casi todo el Viejo Continente, incluyendo a la República Checa, afectando la salud de miles de personas. Las consecuencias de la catástrofe se registran hasta hoy día.
"Si se dice 'explosión nuclear', todos piensan en las ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki. Pero la explosión de Chernóbil se produjo igualmente como si se sobrepresionara una 'olla de Papin' sin tener una válvula de escape", indicó Dana Drábová.
El régimen comunista de la extinta Unión Soviética intentó encubrir la catástrofe y atenuar los efectos nocivos de la explosión. Pero según el último informe de las Naciones Unidas cuatro mil personas fallecieron a consecuencia de la irradiación. Las Organizaciones No Gubernamentales incluso afirman que la catástrofe se cobró decenas de miles de víctimas, al aumentarse notablemente en la zona más afectada la aparición del cáncer de la glándula tiroides y leucemia.
Por su parte, los expertos en radiación indican que tras veinte años es imposible detectar cuántas personas fallecieron a consecuencia de la explosión de Chernóbil. Sin embargo, el porfesor Vladislav Klener de la Facultad de Medicina de la Universidad Carolina, dijo que la irradiación no afectó negativamente la genética del hombre."Para que se produjera una mutación en los descendientes, la irradiación hubiera tenido que afectar al esperma del hombre o los óvulos de la mujer, pero dichos cambios no se han registrado hasta hoy", señaló el profesor.
A pesar de las trágicas consecuencias de la explosión, que a finales de los años ochenta desaceleró el desarrollo de la energía nuclear, producto de la avería de Chernóbil se registra en todo el mundo un notable mejoramiento en la seguridad de los reactores nucleares y los constructores descartan la posibilidad de que se vuelva a producir una catástrofe de esas magnitudes.
En la actualidad, las centrales nucleares generan el 17 por ciento del consumo mundial de la energía eléctrica.