Empresario de origen japonés interesado en la silla presidencial checa

Tomio Okamura

El primer ministro, Petr Nečas, cesó a uno de sus asesores por ofender al presidente de la República; el empresario checo de origen japonés, Tomio Okamura, está interesado en la silla presidencial.

Václav Klaus,  foto: ČTK
El ‘atentado’ con una pistola plástica contra el presidente Václav Klaus, ocurrido el viernes pasado sigue acaparando la atención de los diarios checos.

Los seguidores del mandatario han puesto el grito en el cielo e indican que es la primera vez en cien años que se atenta físicamente contra un presidente checo.

La oposición sostiene que se trató de un acto de protesta por la mala situación en la que se encuentra el país, que no representó ninguna amenaza para el mandatario, por lo que no se puede hablar de un atentado.

El diario Lidové Noviny publica las reacciones de varios representantes de la vida pública y cultural del país. El sacerdote y teólogo Tomáš Halík lamenta que Klaus aproveche lo ocurrido para vender una imagen de víctima y de héroe a la vez.

Foto: ČTK
El defensor de los Derechos Humanos, Petr Uhl, rechaza toda calificación del incidente como algo que atentó contra la integridad física del mandatario. Mientras que para Ladislav Špaček, antiguo portavoz del fallecido presidente Václav Havel, se trató de un acto desesperado, inofensivo, sin relevancia que Klaus trata de aprovechar como capital político.

Pero lo ocurrido el viernes en la localidad de Chrastava se cobró una víctima, no fue el presidente, ninguno de los guardaespaldas ni el autor del ‘atentado de plástico’; la baja se registró en las filas del primer ministro Petr Nečas.

Roman Joch, asesor para asuntos de Derechos Humanos y Política Exterior de Petr Nečas fue despedido por referirse en su blog en términos despectivos sobre el presidente de la República Checa, Václav Klaus.

Roman Joch,  foto: Dezidor,  CC 3.0 license
Al comentar lo ocurrido la semana pasada, Joch dijo que el presidente Klaus es como una “abuela llorona ‘kremlinófila” que exagera el incidente para hacerse la víctima.

El primer ministro Nečas, que tras conocer el suceso declaró que lamentaba lo ocurrido, no vaciló un momento y de inmediato se distanció de las declaraciones de su asesor y lo despidió.

En su blog el consejero recordó el atentado contra el presidente estadounidense Ronald Reagan, en el que la vida del mandatario sí estuvo en peligro, y la reacción del político que simplemente se burló de lo ocurrido.

De acuerdo con Joch, en caso de que el antiguo presidente Havel hubiera sido el protagonista del suceso, de seguro lo pasaba por alto. Roman Joch asegura que no le gustan los izquierdistas porque siempre se hacen las víctimas, y que de acuerdo con él eso es lo hace también el presidente.


En otro ámbito, el diario Mladá Fronta Dnes informa en portada que el empresario checo de origen japonés Tomio Okamura, candidato a senador en los cercanos comicios, estudia la posibilidad de postular a la presidencia de la República.

Sin ser candidato presidencial, las encuestas le sitúan en el tercer lugar de las intenciones de voto detrás de los favoritos ex primeros ministros Jan Fischer y Miloš Zeman.

Okamura empezó a recoger las 50.000 firmas necesarias para inscribirse como candidato, al tiempo que reconoció que mantiene conversaciones con diferentes agrupaciones políticas en busca de apoyo.

Para oficializar su candidatura los interesados necesitan un mínimo de 50.000 firmas de la ciudadanía o el respaldo explícito de 10 senadores o de 20 diputados.

De acuerdo con Okamura, antes de anunciar su decisión realizará una especie de sondeo para evaluar sus posibilidades reales. Mladá Fronta Dnes apunta que el empresario se balancea entre el populismo y el extremismo.

En caso de llegar a la presidencia quiere proponer una declaración del origen de los bienes de los millonarios y acabar con todas las máquinas tragamonedas del país.

Para el empresario con aspiraciones políticas, los gitanos deben fundar un estado propio y abandonar la República Checa, al tiempo que estima que el Partido Obrero, de corte neonazi y puesto fuera de ley por los tribunales, no es extremista.