Emil Viklický, del jazz a la música para arpa
Emil Viklický, volvió a sorprender. Conocido pianista, arreglista y compositor de jazz compuso un concierto para arpa que, de acuerdo a la crítica, fácilmente podría superar las fronteras nacionales.
La presentación del concierto para arpa y orquesta de Emil Viklický casi pasa desapercibido. Gracias a un reportaje de la Televisión pública checa, la opinión especializada y el público en general han empezado a tomar conciencia de la nueva obra.
Según indicara el propio Emil Viklický todo de debe a una promesa hecha hace unos diez años.
“El concierto tiene tres movimientos y la primera parte tiene más bien un carácter folclórico, que suena una manera muy interesante”.
A manera de broma, el compositor dice que de haber sabido que escribir música para arpa era tan difícil, mejor no hubiera prometido nada. Creía que era algo parecido como escribir para piano.
La beneficiaria de la promesa es la arpista checa Jana Boušková, una de las mejores intérpretes de ese instrumento en el país.
”Esperaba con mucha ilusión la composición del señor Viklický, y estoy segura de que la espera de diez años realmente valió la pena”.
El arpa es un instrumento muy antiguo, que se remonta al año 1200 antes de Cristo. El arpa de mecanismo de doble movimiento, o de concierto, se inventó en 1810 y tiene siete pedales y 43 cuerdas.
El arpa es habitual en las "Orquestas Sinfónicas y de Ópera", a veces, se utiliza con excelentes resultados en música de cámara. Las arpas que se emplean en la actualidad tienen cuarenta y seis cuerdas y también siete pedales, por lo que el intérprete utiliza constantemente manos y piernas.
De acuerdo con la arpista y profesora Ada Balová a nivel internacional y en la República Checa crece el interés de los jóvenes por dedicarse al arpa como instrumento principal.
“Hace algún tiempo atrás, en mis cursos de arpa se inscribían estudiantes una vez cada tres años. Con el correr del tiempo empezaron a llegar cada dos años y ahora es normal que todos los años lleguen nuevos interesados”.
La profesora Balová asegura que la tradición del arpa se perdió en el periodo de entreguerras, porque hasta ese momento el arpa había sido un instrumento casi exclusivo de los hombres. Para tocar bien el arpa hay que tener mucha fuerza en los dedos.
“Y a esto debemos agregar que un arpa pesa entre 40 y 45 kilogramos, por lo que no se trata de, a simple vista, un instrumento fácil de tocar ni mucho menos liviano, como se muestra muchas veces en los cuentos de hadas”, indicó la profesora Balová.
En este sentido el pianista y compositor Emil Vilický, dijo que hay que para entender las dificultades que pasan los arpistas es como imaginarse un automóvil muy complicado.
“Imagínense un automóvil que además de los pedales tradicionales, embrague, freno y acelerador, tenga cuatro más. Hay que coordinar todos los pedales y las manos”, sostuvo Viklický.
El estreno del concierto para arpa de Emil Viklický destacaron el director de orquesta canadiense Charles Oliver Monroe, el flautista Jan Ostrý, la Orquesta Filarmónica de Praga y la arpista Jana Boušková.