El uso de bolsas y sacos de plástico se va reduciendo en Chequia
La mayoría de los checos es consciente de los beneficios del plan de la Comisión Europea para la reducción del uso de las bolsas y sacos de plástico. Sin embargo, desistir de la costumbre de usar esas bolsas al realizar compras por ejemplo, no es un asunto de un día a otro, aunque uno sepa que así ayuda a proteger el medio ambiente.
Las autoridades checas no han decidido todavía sobre las medidas a ser aplicadas en este aspecto. Lo fundamental, según el portavoz del Ministerio del Medio Ambiente, Matyáš Vitík, es que se alcance un equilibrio entre las necesidades de los ciudadanos y la protección del medio ambiente.
”Desde nuestro punto de vista es importante en especial que las bolsas de plástico y otros deshechos no representen una gran carga para el medio ambiente. Pero por otro lado, debemos tener en cuenta también las necesidades de la gente. Consideramos que no es posible aplicar estrictas regulaciones para el uso de las bolsas de plástico porque eso podría resultar contraproducente y las consecuencias de tal decisión podrían reflejarse negativamente en la postura de las personas frente al tema de la protección del medio ambiente”.En Chequia se aplican otros métodos encaminados a la reducción paulatina del uso de las bolsas de plástico. Desde hace unos dos años por ejemplo, algunos centros comerciales dejaron de ofrecerlas gratuitamente para las compras de sus clientes, como confirma Judita Urbánková de la compañía Ahold.
”Desde el momento en que dejamos de ofrecer bolsas de plástico para las compras en forma gratuita, registramos la caída de su demanda. Al tener que pagar por ellas una determinada suma, el interés de los clientes por su uso se redujo aproximadamente a la mitad”.La misma práctica la fueron aplicando paulatinamente también otras cadenas comerciales en Chequia. Y lo mismo se quiere conseguir con los sacos de plástico.
Cada europeo utiliza en promedio unos 500 sacos de plástico al año y una gran parte termina en el mar. Los ecologistas advierten que en el Mar Mediterráneo hay unas 500 toneladas de plásticos, que lo convierten en una especie de basurero natural. Pero mientras que los finlandeses por ejemplo utilizan unos cuatro sacos de plástico al año, en Portugal, Polonia o Eslovaquia son más de 400 bolsas anuales per cápita.
Los ecologistas recomiendan que si una persona no quiere desistir del todo del uso de las bolsas o sacos de plástico, que al menos los utilice más veces y después los tire en un contenedor especial para deshechos de plástico. Porque para impedir que nuestro planeta se convierta en un gran basurero es indispensable que todos contribuyamos a su protección, insisten los especialistas.