El túnel de Žižkov cumple 70 años
Hace 70 años fue inaugurado el túnel bajo el monte de Vítkov, en Praga, que comunica los barrios de Žižkov y Karlín. En los tiempos de la Guerra Fría estaba previsto utilizarlo como refugio.
El túnel de Žižkov, de 303 metros de longitud y un desnivel entre sus dos entradas de 28,89 metros, fue inaugurado en diciembre de 1953. Este paso subterráneo de unión entre los barrios praguenses de Žižkov y Karlín, es una obra destinada a peatones y ciclistas, de cuya edificación se hablaba ya a principios del siglo XX, como sostuvo para Radio Praga Internacional el guía turístico Martin Karlík.
“Muchas veces se había especulado con que sería bueno comunicar esos dos barrios, ya desde la Primera República, pero durante la Segunda Guerra Mundial, bajo del monte de Vítkov, se construyó un primer refugio subterráneo antiaéreo en Praga. Posteriormente fueron surgiendo otros más. Después de la guerra fue presentada la idea de comunicar Žižkov con Karlín con un túnel para peatones que podría pasar junto al refugio. Casi a la entrada de la planicie de Letná se construyó otro, para automóviles, que tiene la misma forma que el de Žižkov y el mismo revestimiento en las paredes”.
El túnel peatonal de Žižkov es una obra muy interesante que se encontraba por entonces sólo seis metros por debajo de una vía ferroviaria muy frecuentada en la época y que a día de hoy sigue siendo también muy frecuentada, pero por ciclistas, corredores y patinadores.
El túnel permitió acortar el camino entre Žižkov y Karlín de media hora a un par de minutos. Aunque está muy bien iluminado, puede provocar cierto miedo al no verse la salida opuesta cuando se entra en él. Esto es debido a que su trazado tiene una curva en su parte inferior. Por si acaso, hay una inscripción sobre la entrada que pone ‘No temas’, como cuenta David Chvátil, quien trabaja en un laboratorio del Instituto de Física Nuclear de la Academia de Ciencias, que se creó a raíz del antiguo refugio.
“La inscripción ‘No temas’ surgió, si bien recuerdo, durante una actividad artística fue dirigida sobre todo a los niños. Al menos esa era la idea, que los menores no tuvieran miedo de cruzar el túnel. Desde que el barrio de Karlín se convirtió en un barrio de lujo y hay muchas oficinas, el túnel es muy frecuentado. Cuando empecé a trabajar en el laboratorio local a comienzos de los años 90, era un barrio viejo de fábricas y en el túnel no estaba iluminado, y como tiene esa curva, a mitad de camino estaba muy oscuro. Pero Karlín ha cambiado por completo en los últimos 30 años y también la iluminación del túnel, por lo que no hay razón para tener miedo”.
En el laboratorio, separado del túnel de Žižkov por una puerta doble de acero, trabajan cuatro científicos en un acelerador de partículas circular y otras modernas instalaciones. Estas están ubicadas en el mismo lugar donde en los años 70 se planificó una morgue para situaciones extraordinarias de un gran número de muertos, pero que no llegó a ser realizada. El acelerador es utilizado para diversos fines, como por ejemplo, para el análisis de muestras de minerales, para averiguar la proporción de los isótopos o ayudar en el estudio de materiales para prótesis de reemplazo de articulaciones, según sostiene David Chvátil.
“Nuestro acelerador de partículas es un tanto específico por ser circular, porque mayormente se utilizan aceleradores lineales, por ejemplo, en centros de oncología en los hospitales. De los circulares como el nuestro hay pocos en el mundo y se utilizan sólo en laboratorios científicos. Colaboramos con instituciones de la Academia de Ciencias y escuelas superiores y realizamos numerosos experimentos. También cooperamos con universidades de Alemania y Francia. Analizamos minerales, desarrollamos sensores utilizados por la industria espacial, simulamos la resistencia de componentes que irán al espacio y tenemos aplicaciones para medicina”.
De acuerdo con el guía Martin Karlík, debido a que son pocas las personas que conocen el trabajo del laboratorio junto al túnel de Žižkov, existen muchas leyendas y rumores sobre éste.
“La información sobre este centro se mantuvo mucho tiempo en secreto. Hasta el presente muchos no saben lo que hay allí, por lo que fueron surgiendo diversas leyendas y rumores sobre el sitio. Se rumoreaba incluso que a través de ese lugar era posible entrar en una nueva galaxia. Si uno busca en Internet, encuentra un sinnúmero de leyendas sobre este tema. Y luego, cuando uno va de excursión allá, puede parecerle interesante lo que ve, pero a la vez puede quedar desilusionado por lo normal que es el laboratorio”.
Como recuerda Martin Karlík, hasta que llegó la pandemia de coronavirus, se celebraba en el túnel de Žižkov una carrera de ida y vuelta, una competición exigente pero muy popular entre los praguenses.
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