“El Sueño de Bruselas” recuerda éxito checoslovaco en la Expo´58

Expo 58 - Atomium

El 17 de abril de 1958 abrió sus puertas la primera Exposición Universal tras la Segunda Guerra Mundial. Medio siglo después surge el proyecto titulado “El Sueño de Bruselas” para recordar el éxito fenomenal de la entonces Checoslovaquia en la Expo´58.

Maquinaria, historia, ciencia y literatura, arte para la vida cotidiana y el teatro negro Linterna Mágica encantaron a los visitantes en los seis mil metros cuadrados del Pabellón Checoslovaco en la Expo´58 de Bruselas. Los que no lo vivieron tienen la oportunidad ahora, aunque a escala reducida, visitando la exposición “El Sueño de Bruselas”.

La comisaria de la muestra, Daniela Kramerová, explicó que el título alude, entre otros, al carácter de la participación checoslovaca en la Expo´58 cuya tarea fue presentar la entonces República Checoslovaca como una sociedad ideal donde todas las clases viven en armonía y edifican en conjunto el comunismo.

“Esa exposición correspondió a la realidad de la entonces Checoslovaquia igual que un sueño se refiere a la realidad. A la vez, ´El Sueño de Bruselas´ se puede interpretar como un sueño con el éxito que alcanzamos en la Expo´58. Sorprendentemente adquirimos el mayor número de galardones y ganamos entre todos los países participantes. También se puede explicar como una apertura al mundo después de una larga pausa desde la Segunda Guerra Mundial y durante la época estalinista”.

La primera parte de la exposición “El Sueño de Bruselas” acerca al visitante el ambiente de la Expo´58 y algunos de los objetos entonces expuestos, que hoy día están guardados en el Museo Técnico de Praga o en colecciones privadas. La otra se dedica al estilo de vida de los años 60. La Expo´58 dio origen en Checoslovaquia a un fenómeno especial llamado “Bruselas popular”, según apuntó Daniela Kramerová.

“Mucha gente relaciona el concepto Bruselas con la creación doméstica que imitaba al diseño moderno de aquella época. Después de la Expo´58 la gente anhelaba crearse un nuevo entorno para vivir, pero la producción industrial planificada no fue capaz de corresponder a la demanda. Así que la gente aprovechó su ingenio y empezó a fabricar por su cuenta. Hasta ahora encontramos en aldeas y ciudades checas, por ejemplo, rejas y cercas soldadas o decoraciones interiores hechas en casa”.

La exposición “El Sueño de Bruselas” se puede ver actualmente en la Casa de Praga en la capital belga. A mediados de mayo se trasladará a Praga y en otoño a la capital de Moravia del Sur, Brno.

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