El puente de Carlos cumple 660 años
Este domingo se conmemoran los 660 años de historia de la construcción del puente de Carlos en la capital checa. Durante todos estos años, ha sufrido varias inundaciones y ha sido escenario de innumerables historias y leyendas. Hoy en día, el puente es uno de los símbolos de la ciudad de Praga.
Fue durante muchos años la única forma de cruzar el río Moldava y de unir la ciudad. Al quedar destruido el puente de Judith debido a las inundaciones que sufrió Praga en 1342, surgió la necesidad de construir uno nuevo para no dejar incomunicadas a las dos orillas, cuya edificación culminó ya en el siglo XV.
A lo largo de sus años de vida, ha experimentado cambios y ha sobrevivido a los contratiempos, como diversas inundaciones que hicieron mella en él. En los siglos XVII y XVIII, se incorporan las estatuas que podemos ver hoy día y a partir del siglo XX, pasó a ser un viaducto peatonal. Además, ha sido protagonista de importantes momentos históricos y es el escenario de varias leyendas de la capital checa.
Entre las fábulas más conocidas por autóctonos y turistas, destaca la relacionada con San Juan Napomuceno, cuya estatua fue construida en el siglo XVIII, varios años antes de su canonización por el Papa Benedicto XIII. De esta historia nos ha hablado Elisabeth, una joven española que lleva dos semanas trabajando para una empresa turística en Praga.“Sé que ha sido un santo muy importante en Praga y que lo torturaron durante mucho tiempo porque era el confesor de la reina. El rey estaba con la mosca detrás de la oreja pensando que la reina le era infiel y presionaba al santo para que le contara la historia de si había pasado algo. Pero no habló y le torturaron durante muchos años y al final murió porque le tiraron al río”, nos explicó.
Los monarcas a los que hace referencia la leyenda son la reina Sofía de Baviera y su esposo el rey de Bohemia Venceslao IV. El soberano, dominado por la furia ante el silencio del confesor, acabó con la vida de este mandando a sus esbirros que lo arrojaran al río Moldava desde el puente de Carlos.
Para recordar este momento, se incorporó una cruz arzobispal en el lugar donde tiraron el cuerpo de San Juan Nepomuceno. Se dice que si se coloca la mano izquierda sobre las cinco estrellas de la cruz, se cumplirá tu deseo.
Las historias al respecto también envuelven a la estatua del mismo santo que se encuentra en la pasarela. Dos láminas a los pies de la figura representan algunos episodios de su vida. En una de ellas aparece esculpido con un perro, que simboliza la fidelidad, según nos cuenta Elisabeth.“Sé que en la estatua de Nepomuceno con el perro, el perro siempre se ha considerado un animal fiel, y la gente lo toca porque se dice que Praga será fiel con la persona que lo toque y le permitirá volver”.
La leyenda de San Juan Nepomuceno no es la única que se desarrolla en este lugar, siendo muchos y muy variados los misterios que escogieron este lugar para llevarse a cabo.
Los atractivos del puente
Una treintena de estatuas coronan sus muros. La mayoría de ellas están realizadas en estilo barroco y son copias de las originales, que se pueden visitar en algunos de los museos de la ciudad. De entre ellas, destacan también las dedicadas a San Cirilo y San Metodio, así como la figura de Santa Luitgarda.
En la actualidad, el puente de Carlos es uno de los monumentos más visitados por los turistas que llegan a Praga. Las esculturas que hay a lo largo de sus 516 metros de longitud, la posibilidad de subir a la torre del extremo de la Ciudad Vieja o las vistas que ofrece del Castillo de Praga, los demás puentes y el barrio de Malá Strana, son algunos de los motivos que lo hacen tan especial. Para Elisabeth, el momento perfecto para visitarlo es por la noche.“Las vistas, todo el volumen de gente, pero sobre todo el encanto que tiene por la noche, cuando la luz es especial”.
Además, a lo largo de todo el puente se pueden observar varios pintores y dibujantes realizando caricaturas o plasmando el paisaje, así como músicos que eligen este escenario para deleitar con sus piezas a los transeúntes. Todo esto ayuda a conferir el perfecto aspecto bohemio que tanto llama la atención a los visitantes.
Pero a los turistas no solo les gusta pasear por el puente, también buscan captar la instantánea perfecta de su silueta desde alguna de las orillas del río Moldava, el parque de Letná o el mismo mirador del Castillo de Praga.El puente de Carlos ha sido durante 660 años un eje de acción histórico-cultural de la capital checa. Toda la ciudad se ha movido en torno a él y lo más probable es que siga siendo el símbolo de Praga durante mucho tiempo más.