El proyecto ‚Patita Roja‘ salva a los perros de la muerte

Foto: Klára Bezděčková

La República Checa tiene fama en todo el mundo de ser el país de las mascotas, sobre todo de perros y gatos. El amor por los perros dio comienzo a un proyecto que busca ayudar a los canes enfermos.

Nero Kuklík,  foto: Eliška Vybíralová

Červená tlapka, o sea ‘Patita Roja’, es el nombre de un proyecto que hace un par de meses arrancó en Chequia. Concretamente se trata de un registro de donantes de sangre canina. Según sostuvo para Radio Praga Internacional una de las fundadoras del proyecto, Alžběta Ruschková, algo semejante existe en Argentina y en algunas clínicas veterinarias en el Reino Unido, pero en Chequia es algo totalmente nuevo.

Shedy,  foto: Tereza Šnajdrová
Como señaló Ruschková, la idea vino en base a la experiencia de una amiga que tenía un perro enfermo que necesitaba una transfusión de sangre. No obstante, no encontró ninguna clínica veterinaria que le ayudara y el perro murió. Fue entonces cuando decidieron ayudar a otras mascotas enfermas creando un registro de donantes de sangre y buscar a personas que ayudarían en este tema.

”Al comienzo no teníamos ni la menor idea de lo que conllevaría nuestra decisión. No sabíamos nada del tema de la donación de sangre, más cuando se trata de perros. Comenzamos a colaborar por ello con veterinarios que nos introdujeron en el tema y nos aconsejaban qué debemos hacer al crear el registro que queríamos en Internet. En este registro los interesados inscriben a sus perros y cuando alguien necesita sangre canina para su mascota enferma, puede contactarnos a través del registro. Cuando lo pusimos en funcionamiento, no sabíamos si habría interés entre las personas por esta ayuda”.

La web con el registro de donantes caninos de sangre fue puesta en funcionamiento a comienzos de mayo y, pasados cuatro meses, incluye a 540 donantes. Ruschková afirma que reciben además muchas reacciones positivas y que el amplio interés por el registro documenta que los checos son realmente una nación de mascotas, especialmente en lo que respecta a los perros.

Alžběta Ruschková aclaró de qué manera buscan y contactan a los propietarios de los perros que podían entrar en el registro y ayudar a los canes enfermos.

Foto: Klára Bezděčková
”A algunas personas las hemos contactado por medio de las webs de propietarios de canes y de clínicas veterinarias que tienen una lista de perros cuyos propietarios están dispuestos a ofrecer a sus perros como donantes de sangre. También hemos aprovechado las posibilidades que ofrecen las redes sociales, sobre todo Facebook, y los medios de información y mucha gente ha reaccionado. Nos escribían que no sabían de esta posibilidad y que estaban dispuestos a inscribir a sus perros en el proyecto. Los propietarios de perros están encantados y hemos recibido asimismo reacciones positivas de parte de muchos veterinarios”.

No obstante, como explicó Alžběta Ruschková a Radio Praga Internacional, la sangre no puede donarla cualquier perro. Debe tratarse de canes de razas de mayor tamaño, de un peso mínimo de 20 kilos, aunque cuanto más peso tenga, mejor. Deben gozar de excelente salud y lo ideal es que tengan un carácter tranquilo. Antes de la primera donación los canes son seguidos durante un tiempo y sometidos a varios exámenes de salud.

En el caso de los perros existen ocho grupos sanguíneos básicos y la cantidad de sangre que se les extrae a los canes donantes es similar a la de las personas, o sea de entre 250 y 450 mililitros. En el caso de una primera transfusión canina, según señaló Ruschková, el grupo sanguíneo no juega un rol determinante.

“Al recibir un perro la primera transfusión sanguínea no hay que asegurarse de qué tipo es, en vista de que su cuerpo no dispone todavía de anticuerpos, por lo que no suele tener reacciones inmunológicas. O sea que el paciente canino puede recibir la primera transfusión de cualquier otro perro. Pero ya en la segunda transfusión es necesario verificar la compatibilidad de los grupos sanguíneos del animal receptor y el donante. Esto se hace antes de la transfusión cuando basta con someter a análisis una sola gota de sangre”.

Las promotoras checas del proyecto Červená tlapka no se duermen en los laureles y tienen muchos planes para el futuro, según aseguró Alžběta Ruschková.

”Lo fundamental para nosotras es incrementar el número de personas que se enteran de la existencia de este registro e inscriban a sus perros, para que podamos ayudar donde sea necesario. A la vez analizamos la posibilidad de extender nuestras actividades a los países vecinos, por ejemplo a Eslovaquia donde no existe nada semejante. El único registro de este tipo lo hemos encontrado en Argentina donde nos han adelantado en unos meses, y algo parecido lo tienen en el Reino Unido, pero ese registro está al servicio exclusivamente de los veterinarios. O sea que nuestro proyecto es un tanto único”.

De acuerdo con Alžběta Ruschková, para el futuro estudian la posibilidad de crear un registro de donantes de sangre de gato. Reaccionan así a los impulsos recibidos de parte de un gran número de ciudadanos checos cuya mascota no es un perro, sino un gato.