El primer tren tirado por caballos salió de České Budějovice a Linz hace 190 años
El tren tirado por caballos fue el primer ferrocarril de la Europa continental. El servicio regular comenzó el 1 de agosto de 1832. Los 128 kilómetros del trazado se cubrían en 14 horas.
El objetivo principal del tren tirado por caballos fue el transporte de carga. El transporte de personas se ejercía solo en verano. No todos se podían permitir viajar en tren, ya que las tarifas eran muy altas. Y eso que al principio no se trataba de un transporte cómodo. La vía de 128 kilómetros tenía diez paradas, de las cuales seis servían para cambiar de caballos. Los coches iban por unos carriles de madera cubiertos con un cinturón de hierro. Aun así se subió al tren el emperador Francisco I, conocido por su pensamiento conservador.
La construcción del ferrocarril se debe al director del Primer Instituto Politécnico de Praga, F. J. Gerstner. La realización corrió a cargo de su hijo František Antonín, que consiguió obtener la concesión para poder construir el ferrocarril. Sin embargo, se presentó con un proyecto demasiado ambicioso con numerosos terraplenes y puentes y los inversores preocupados decidieron reemplazarlo por Matthias Schönerer que fue quien terminó la labor. Schönerer construía de manera más económica, no obstante, la utilización posterior del ferrocarril fue imposible debido al diámetro demasiado pequeño de los arcos.
Los trenes tirados por caballos transitaron por la “vía de hierro” solo cuatro décadas. A finales de los años 60 del siglo XIX se decidió reconstruir todo el ferrocarril para el servicio de las máquinas de vapor.