El presidente Václav Klaus no irá a Beijing
El presidente checo, Václav Klaus, anunció que no asistirá a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing. Es conocido que el mandatario no está de acuerdo con la politización del deporte.
De acuerdo con el diario Lidové Noviny Klaus critica la creciente espectacularidad en que se enfrascan los organizadores de los diferentes países donde tienen lugar los Juegos Olímpicos.
Conocido por su afición deportiva el presidente checo ha rechazado en más de una oportunidad todo tipo de politización del deporte y aunque en el texto oficial indica que a la Olimpíada de Beijing no planea asistir, subraya que sus motivos no son “amenazar a China”.
“No estoy convencido de que la ausencia de un político en la inauguración de los Juegos Olímpicos pueda llegar a representar un escarmiento para los organizadores” insistió el mandatario checo.
Por su parte, el ex presidente checo Václav Havel, se sumó a una petición de varias personalidades mundiales que instan al Comité Olímpico Internacional a sopesar la decisión de celebrar las Olimpíadas en Beijing.
Havel se opone a los que sostienen que los Juegos Olímpicos podrían ayudar a introducir cambios hacia la democracia en China“No conozco ningún caso en el que ocurriera algo parecido. Recordemos las Olimpíadas de finales de los años 30 que sirvieron para fortalecer a Hitler que, de hecho, con su propaganda apoderó de las Olimpíadas”, matizó Havel.
En lo referente a los últimos acontecimientos en el Tíbet, Václav Klaus dijo que le preocupaba mucho lo que sucedía y que deseaba a los tibetanos democracia y que se respete su derecho de expresión.
De acuerdo con el periódico Lidové Noviny es poco habitual que el presidente Klaus no asista a un evento de tal magnitud. Además de practicar varios deportes el mandatario es considerado el principal hincha de los deportistas nacionales.
El presidente del Comité Olímpico checo, Milan Jirásek, lamentó que a los deportistas checos les faltará respaldo oficial en las Olimpíadas.
El vice primer ministro, Martin Bursík, el ministro de Educación Ondřej Liška y el alcalde mayor de Praga, Pavel Bém, anunciaron que no viajarían a Beijing para protestar así por la política China contra el Tíbet.