El Palacio de las Ferias, una ilusión óptica

Entrada en la Galería Nacional, foto: Dominika Bernáthová

Un escaparate de la industria checoslovaca, la última parada de los judíos ante el campo de concentración y la sede de la Galería Nacional. Todo esto ha sido el Palacio de las Ferias (Veletržní palác).

El Palacio de las Ferias en los años 20 del siglo pasado,  foto: presentación oficial de la Galería Nacional
El acelerado desarrollo de la industria impulsó la necesidad de construir un espacio donde lucir los frutos de este sector tan próspero en la recién nacida Checoslovaquia. Por este motivo, la Compañía de las Ferias de Muestras de Praga convocó en 1924 un concurso arquitectónico para construir un escaparate de los mejores productos checoslovacos, según explicó la comisaria de la Galería Nacional de Praga, Radomíra Sedláková.

“El director de la compañía era consciente de que Praga, como el corazón de Europa y la capital de un nuevo país, Checoslovaquia, sería muy importante desde el punto de vista comercial. Por esto quería construir un espacio ferial extenso”.

Radomíra Sedláková,  foto: Dominika Bernáthová
Como sujeto privado, la empresa pudo permitirse convocar al concurso solamente a cinco arquitectos previamente seleccionados. El director de la compañía, Václav Boháč, deseaba que el ganador fuera su arquitecto favorito Alois Dryák, experto en el estilo modernista o Art Noveau. No obstante, los miembros del recientemente formado Club de los Arquitectos presintieron una gran oportunidad para dar protagonismo a un nuevo estilo arquitectónico: el funcionalismo, que se caracteriza por formas sencillas, materiales modernos como el hormigón y el hierro, y su utilidad práctica.

Los jóvenes arquitectos lograron imponer su proyecto bajo unas condiciones nunca aclaradas, explica Radomíra Sedláková.

“Los miembros del jurado fueron seleccionados de forma que permanecieran especialmente los partidarios de la arquitectura funcionalista. El convocador del concurso obtuvo finalmente un proyecto que no deseaba”.

Un edificio rectangular sin un ángulo recto

Entrada en la Galería Nacional,  foto: Dominika Bernáthová
Los autores del proyecto fueron los arquitectos Oldřich Tyl y Josef Fuchs, quienes dieron a la capital checa una obra arquitectónicamente particular, explica la comisaria.

“Era el mayor edificio de estilo funcionalista del país. Aunque parece ser un edificio de aspecto regular, es de todo menos regular. Su forma no es cuadrada ni rectangular. Se pueden observar varias pautas que muestran que había sido construido en un plano muy irregular”.

Pese a su apariencia regular, el edificio no cuenta ni con un ángulo recto. El sótano del edificio albergaba entonces la mayor sala de cine de toda la capital checa. Por su parte, las extensas terrazas servían como cafeterías con unas espléndidas vistas a Praga.

“Se puede ver el Palacio de Troya, el Jardín Botánico y el Jardín Zoológico de Praga, así como el parque de Stromovka, el recinto ferial de Holešovice, y el Puente de Troya, que es el puente colgante más bajo del mundo”, explicó la comisaria.

La última parada de los judíos

El Palacio de las Ferias,  foto: Dominika Bernáthová
En 1939, los nazis convirtieron los interiores del palacio en un lugar donde reunir a los judíos antes de mandarlos a los campos de concentración, indicó Sedláková.

“Durante una semana los concentraron en el Gran Vestíbulo del edificio. Después se dieron cuenta de que no era un lugar adecuado, y los trasladaron a un edificio vecino desde donde conduce el camino más cercano a la estación de trenes Praga-Bubny. Se trata del capítulo más triste del palacio”.

En 1949, el edificio se convirtió en la sede de varias empresas de comercio internacional. Esta función la desempeñó hasta la nefasta fecha del 14 de agosto de 1974, prosigue la comisaria de la Galería Nacional.

El Palacio de las Ferias | Foto: Packa,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 2.5
“Ese día estalló un incendio que del que nadie se dio cuenta durante mucho tiempo, puesto que surgió en medio del edificio. La recepcionista llamó a los bomberos, pero ellos se rigen hasta hoy día con una regla: vuelven a llamar para asegurarse de que no se trate de una broma. Como la recepcionista se había ido a extinguir el fuego, no contestó la llamada, y los bomberos no se lo tomaron en serio. No llegaron hasta otra llamada del edificio vecino”.

La sede de la Galería Nacional surgió de las cenizas

Las llamas convirtieron la joya funcionalista en ruinas. Los debates sobre su futuro destino incluían la opción de derrumbarlo y construir en su lugar un hospital, una residencia estudiantil, un Museo del Movimiento Revolucionario y Obrero o la sede de la Galería Nacional. La última idea se no fue tomada muy en serio al principio, pero en breve se hizo realidad, indica Sedláková.

“El mérito de esta idea es de los miembros del estudio del arquitecto Karel Hubáček, de la ciudad de Liberec. En 1975 lograron que el Palacio de Ferias se incluyera en la lista de los monumentos protegidos por sus cualidades de espacio y por sus contrastes entre el Mayor y el Menor Vestíbulo”.

En 1976 se iniciaron obras de reconstrucción que se prolongaron durante casi dos décadas. La primera exposición permanente de la Galería Nacional fue abierta en 1995.

Vistas desde la terraza de la Galería Nacional,  foto: Dominika Bernáthová
Como sede de la Galería Nacional, el palacio alberga en más de 13.000 hectáreas la exposición permanente 'El Arte de los Siglo XX y XXI – Colección del Arte Moderno y Contemporáneo' que reúne más de 2.000 obras de artistas de prestigio checos y extranjeros, como Alois Mucha, František Kupka, Pablo Picasso, Claude Monet o Vincent van Gogh, entre otros. Los visitantes pueden admirar artefactos arquitectónicos, muebles, fotografías y escenografía.

Los que desean ver la actual exposición completa, tienen tiempo hasta finales del año en curso, ya que posteriormente se realizarán parciales traslados y cambios de exposiciones relacionados con el centenario del nacimiento de Checoslovaquia, que se celebrará en 2018.