El nuevo gobierno checo obtuvo la confianza del Parlamento

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Después de siete horas de discusiones, la Cámara de Diputados dio este martes el voto de confianza al nuevo gobierno checo. Los 101 legisladores de la coalición apoyaron el programa gubernamental del Primer Ministro, Stanislav Gross. Los 99 diputados de la oposición votaron unánimemente en su contra.

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Los diputados pusieron fin a la crisis gubernamental estallada tras el fracaso de la Socialdemocracia en las euroelecciones y la posterior dimisión del Primer Ministro, Vladimír Spidla, y su gabinete.

La coalición, integrada por el Partido Socialdemócrata, el democristiano Partido Popular y la Unión de la Libertad, no dejó nada al azar. A la votación se presentaron también dos diputados socialdemócratas que estaban gravemente enfermos. Así, el martes, poco antes de las diez de la noche hora local, el nuevo gobierno de Stanislav Gross pudo obtener el mandato para los próximos dos años por una apretada mayoría de 101 votos.

Vladimír Spidla está felicitando a Stanislav Gross,  foto: CTK
"No es ninguna sorpresa", expresó su satisfacción el Primer Ministro, Stanislav Gross. "Los compromisos que presentamos aquí son sinceros. Haremos todo lo posible para poder mirar a los ciudadanos siempre de frente", dijo.

Los partidos gubernamentales prometen, entre otras cosas, disminuir el endeudamiento del país, limitar la burocracia y fomentar a los empresarios. La oposición, a saber el Partido Cívico Democrático y los comunistas, no se dejó convencer sometiendo el programa gubernamental a duras críticas. Uno de sus mayores adversarios fue el jefe del grupo parlamentario del Partido Cívico Democrático, Vlastimil Tlustý.

"Es un programa gubernamental cuya inanidad es comparable quizá sólo con las resoluciones de los congresos del Partido Comunista Checoslovaco antes del año 1989", indicó Tlustý.

Por su parte, el ex Primer Ministro, Vladimír Spidla, alabó que el nuevo gobierno continúa la línea básica trazada por la coalición a principios del período de funciones, centrándose en las familias con hijos, el crecimiento econónimo y la política proeuropea.

La primera prueba de fuego espera al gobierno de Gross en otoño al aprobar el Parlamento el presupuesto del Estado para el año próximo.