El largo camino del Viernes Santo al calendario festivo de la República Checa

Foto: © City of Prague

El Viernes Santo se celebra este año por primera vez en la República Checa como un día no laboral. La histórica declaración fue precedida por largos debates sobre el negativo impacto en la economía nacional y por polémicas acerca de los valores democráticos que no deberían vincularse exclusivamente con una religión. El largo camino del Viernes Santo a la lista de días festivos checos será el tema de nuestro programa especial.

Foto: © City of Prague
El día de la crucifixión de Jesucristo es día festivo por ley en la mayoría de los países europeos. Hasta 2016 no había sido el caso de la República Checa que, a diferencia de otros países, festejaba como día no laboral el Lunes de Pascua.

Varios políticos y diferentes movimientos religiosos sugirieron la extensión de las fiestas de la Pascua en varias ocasiones. La última propuesta de ley llegó en primavera del 2015 de la mano del Democristiano Partido Popular (KDU-ČSL) en 2015. Los proponentes argumentaron que la Semana Santa es, al igual que la Navidad, considerada importante también por los ateos y subrayaron que el Viernes Santo representa en el marco de la Semana Santa un día trascendental.

Aspecto tradicional y social del Viernes Santo

Destacaron asimismo el aspecto social de la ampliación del calendario festivo. Las puertas de las escuelas están cerradas de jueves a lunes, y la regulación solucionaría así los problemas de los padres con el cuidado de sus hijos. Los legisladores recordaron asimismo que el Viernes Santo era festivo en Checoslovaquia hasta 1951, cuando fue abolido por el régimen comunista.

Jiří Dientsbier,  foto: Šárka Ševčíková,  ČRo
El transcurso de la votación en el Parlamento, que tuvo lugar en diciembre de 2015, no fue harmónico. En contra se pronunció el ministro de Derechos Humanos y Minorías, Jiří Dientsbier, del Partido Socialdemócrata (ČSSD), argumentando con la Carta de los Derechos Fundamentales.

“El Estado se basa en valores democráticos y no debe relacionarse con una ideología o religión exclusiva. Debatimos el tema de la conversión del Viernes Santo en un día festivo en una época, cuando el 70% de los checos no profesa ninguna religión concreta”.

Por su parte, el senador del Democristiano Partido Popular (KDU-ČSL), Jiří Čunek, replicó que la comprensión de la Europa cristiana,“demenuzada exclusivamente en las tesis de los Derechos Humanos”, representa una de las causas de los acontecimientos actuales en el Viejo Continente, que se ven agravados por la crisis migratoria. Agregó que la conmemoración de los valores, en los que creció la sociedad cristiana, son capaces de salvarla y sostenerla.

Jiří Čunek,  foto: ČTK
El proyecto de la ley fue respaldado en diciembre de 2015 por más de 90 legisladores de todos los partidos parlamentarios, excepto el Partido Comunista de Bohemia y Moravia. Los comunistas argumentaron con el perjuicio al presupuesto estatal, y defendían asimismo a los empresarios, que tendrían mayores gastos al tener que pagar a sus empleados suplementos por el trabajo durante los días festivos.

En contra de la propuesta se pronunció asimismo el actual presidente del partido TOP 09, Miroslav Kalousek, argumentando que su percepción personal del Viernes Santo es diferente de una conmemoración del día el que “el Salvador estaba colgado en una cruz y todos le escupían”.

El impacto en la economía será insignificante

David Marek,  foto: Šárka Ševčíková,  ČRo
El impacto negativo en la economía checa de un año laboral más corto era otro argumento de los adversarios de la ley. Según indicó para la Radiodifusión Checa el director de la consultoría Delloite, David Marek, el que pagaría los platos rotos sería el presupuesto nacional.

“Si el año civil pierde un día laboral, el rendimiento de la economía se reduce en 480 millones de euros. Esto se reflejaría concretamente en la reducción del PIB en un 0,3 % lo que se proyectaría en las finanzas públicas, que se reducirían en entre 150 y 170 millones de euros”.

No obstante, los cálculos del Ministerio de Finanzas mostraron que el impacto real en la economía checa sería insignificante, el 0,1% del PIB. Por su parte, la economista Markéta Šichtařová apuntó que los ciudadanos podrían recompensar esta pérdida con más gastos.

Markéta Šichtařová,  foto: Tomáš Brožek,  ČRo
“Los festivos suelen impulsar a la gente para que haga más compras. Se prepara para las fiestas comprando decoración y alimentos de lujo. Es un impulso para la economía”.

En 2016 el impacto económico será mínimo, ya que cuatro días festivos coinciden con el domingo.

El 60% de los checos a favor de la prórroga de las fiestas de la Semana Santa

Según los resultados de una encuesta realizada por la agencia demoscópica Median, el 60% de los checos daría la bienvenida a la posibilidad de descansar el día del Viernes Santo.

Daniel Prokop,  foto: ČT24
En contra se pronunciaron el 33% de los respondentes, en su mayoría empresarios. Según apuntó el sociólogo Daniel Prokop, los datos indican que el apoyo de los checos a este proyecto de la ley no tiene que ver con su comprensión del Viernes Santo como un símbolo religoso, sino que lo perciben como un día de descanso más. Entre los autónomos el apoyo es menor, alrededor del 50%, ya que es un día en el que no pueden trabajar.

A diferencia de las expectativas, no había significantes discrepancias en el número de voces a favor según diferentes regiones, indicó Prokop.

“Esperabamos que en Moravia, que es generalmente más religiosa, el apoyo sería mayor. La motivación de tener un día festivo de más es mayor”.

La República Checa se caracteriza por ser uno de los países más ateos de Europa. De acuerdo con los resultados del censo del 2011, el 34, 5 % de los checos, incluidos los menores de edad, no profesan ninguna religión. Según indicó el sacerdote católico Miroslav Fiala antes de la aprobación de la ley, para conmemorar a Jesucristo no es transcendental que el Viernes Santo sea estatizado.

Miroslav Fiala,  foto: ČT24
“Es un día de una reflexión más profunda. La conmemoración de la cruz, es decir, el símbolo del dolor y el sufrimiento, pero también de las víctimas y el gran amor de Jesucristo a todos sin diferencia. Es un día distinto respecto a la percepción de las habituales liturgias, misas y ceremonias. Es un día excepcional. Para vivirlo espiritualmente hay que reflexionar y calmarse. En un mundo tan acelerado y derrochador es un tiempo muy excepcional y bendito. Apruebe el Parlamento lo que apruebe, da igual. Desde el punto de vista de un cristiano o de un ciudadano cualquiera no importa si es un día rojo en el calendario o no. Pero es un gran día”.

La República Checa cuenta en la actualidad con 13 días festivos. Con este número se encuentre en el promedio europeo. Por ejemplo, Alemania y Portugal celebran cuatro festivos más.

Con 16 días festivos, Japón y la India encabezan la lista mundial. En la parte opuesta de la lista se hallan con solo ocho fiestas nacionales los Países Bajos, Australia y Gran Bretaña.