El judoka Lukáš Krpálek sueña con su tercer oro olímpico en París
El judoka checo Lukáš Krpálek, dos veces campeón olímpico, será uno de los líderes del equipo checo en las Olimpiadas de París y sueña con ganar un título más.
Para muchos, el nombre de Lukáš Krpálek se asocia con uno de los deportistas checos más destacados de la actualidad. Varias veces campeón europeo y mundial de judo, se convirtió en campeón olímpico por primera vez en los Juegos de Río en 2016 en la categoría de menos de 100 kilos.
Cinco años más tarde, en Tokio, consiguió el título más importante de su carrera en la categoría reina de más de 100 kilos. Estos logros extraordinarios lo han convertido en el único judoka en la historia en ser campeón europeo, mundial y olímpico en dos pesos distintos.
El jueves pasado, el judoka checo se mostró tranquilo, vestido con el atuendo que todos los atletas de la delegación checa portarán durante la ceremonia de inauguración en el Sena este viernes. Como recalcó para Radio Praga Internacional, la tranquilidad lo sigue acompañando incluso poco antes de sus cuartos Juegos.
“Por supuesto que existe la presión, pero trato de no pensar en ella. Voy a París con la meta de dar lo mejor de mí mismo y si mi rendimiento resulta bueno, entonces puedo esperar una medalla. Sé cuáles son las expectativas, pero no me quiero estresar. Iré a los Juegos para aprovecharlos al máximo”.
Durante mucho tiempo, Krpálek dudaba sobre la disciplina en la que debería participar en el torneo olímpico parisino. Al final, el judoka elegió la categoría superior donde espera poder enfrentarse contra el francés Teddy Riner, doble campeón olímpico en 2012 y 2016, así como once veces campeón mundial. Una de las principales razones por la que Krpálek decidió optar por esta categoría fue también el cansancio corporal que sentía durante las pérdidas de peso para la disciplina de menos de 100 kilos. Finalmente, el checo tomó la decisión de escuchar a su cuerpo.
“Cuando todavía competía en la categoría de menos de 100 kilos, pesaba entre 108 y 109 kilos. Descender bajo el límite no representaba problema alguno. Lo haces una vez, dos veces, tres veces y luego tu cuerpo reacciona y te dice que pares. Fue como si intentase decirme que ya no quería hacerlo más. De repente, mi peso subió a 116-117 kilos. Es demasiado difícil trabajar con tales diferencias. Había subido 15 kilos en dos noches. Son extremos que no quiero vivir nunca más. Tampoco quiero ser un mal ejemplo para los jóvenes y por eso ya no busco bajar de peso a toda costa”.
Profundamente enamorado de su deporte, Krpálek ha contribuido fuertemente a la popularización del judo en la República Checa. El campeón tampoco ha dejado de pensar en un posible cambio de ámbito con el establecimiento de la Krpálek Academy hace dos años.
“Siempre he querido tener mi propio club para entrenar a los niños y transmitirles la experiencia que he acumulado a lo largo de mi carrera. El año pasado decidimos crear mi propia academia de judo que se encuentra en el barrio de Hloubětín en Praga. He intentado estar presente en todos los entrenamientos, pero es difícil con mi carrera. Es muy gratificante cuando voy allí porque veo a los niños felices. Todo esto me da mucha alegría”.
Los niños entonces se contarán entre los hinchas más fieles de Lukáš Krpálek el próximo 2 de agosto, cuando el judoka competirá frente a la Torre Eiffel.
