El incalculable valor de una revista en la sociedad
Siguiendo la tradición que se popularizó en las grandes urbes como Nueva York y Londres a finales de la década de los 80 del siglo XX de distribuir medios impresos con fines caritativos, surgió en la República Checa en 1998 la revista titulada 'Nový Prostor', vendida por la comunidad de indigentes y marginados sociales. Su serie está ahora en el número 500 y con motivo de este número especial recordamos su loable tarea.
Más allá de ser un medio impreso, 'Nový Prostor' fue concebida como una ayuda social: distribuir las revistas a indigentes y personas que han caído en graves dificultades sociales, quienes se encargan de su venta en la calle.
Los vendedores compran la revista aproximadamente a lo equivalente a un euro y la venden por dos euros, es decir, que por cada revista vendida ganan el doble. Gracias a este euro más logran cubrir sus necesidades más básicas, entiéndase vivienda y alimentación, e incluso ganan la esperanza de hallar un espacio en el mercado laboral, nos dice el redactor jefe de la publicación, Jan Štěpánek.
“No es posible calcularlo completamente, aunque sería ideal. Es que a veces pasa que la persona en problemas se acerca a nosotros, quiere vender, trabaja con nosotros y después de dos meses no sabemos nada de él. Suponemos que todo salió bien y que encontró algún trabajo. A veces pasa que se acerca por ahí y nos dice 'gracias, ahora hago esta otra cosa'”.
Agrega que él, personalmente, conoce muchos casos así, pero que lamentablemente no es posible mantener un seguimiento del destino de cada vendedor. En cualquier caso, lo idóneo es que la venta de la revista les sirva a estas personas como un oficio transitorio para poner en marcha de nuevo su vida a través de un nuevo trabajo que los integre totalmente al sistema.
No obstante, los obstáculos suelen venir muchas veces de parte de éste, como nos comenta una de las vendedoras, Alena quien afirma, ya con el ánimo de quien ha sido varias veces rechazado: “en ningún empleo me agarran a mí, en ningún lado”, indica.
“Vendo 'Nový Prostor' porque me vi envuelta en problemas sociales y de salud. Vivo en un albergue y, desafortundamente, tengo leucemia y diabetes. Me trato en una clínica griega, donde me lo hacen gratis, pues me lo paga la Embajada de Grecia”.En lugar de trabajo lo que Alena ha conseguido es esperanza y determinación. Nos cuenta que entre sus planes a futuro está el ahorrar para comprarse un pequeño apartamento donde morar con sus perros.
La revista tiene en estos días un gran motivo de celebración y es que su serie de publicaciones cuenta ahora con el número 500. Es un número que definitivamente hay que de alguna manera celebrar, y ¿cómo?, nos lo explica Štěpánek.
“Es la razón por la que este número tiene un contenido diferente a todos los anteriores. Está compuesto de cuentos de autores checos contemporáneos. Los autores recibieron una petición temática común que era Chequia. Y en torno a eso desarrollaron sus relatos e invitamos también a participar a ilustradores checos, quienes nos hicieron el lado visual de los temas”.
Lo especial no es solo para los lectores. Añade Štěpánek que los vendedores pueden comprar este número por menos que un euro, y venderla por unos dos euros. Es decir, que los vendedores están recibiendo una mayor ganancia con motivo del aniversario.
La ganancia no es solo monetaria sino también personal. Entre los cambios que ahora experimenta la editorial de la revista está el hacer a los vendedores partícipes de la elaboración de la misma. Por ello, organizan entrevistas entre ellos y alguna celebridad o personalidad checa que a ellos mismo les llame la atención. La dinámica de la entrevista es definitivamente atípica.
“Es sumamente interesante… las celebridades se salen muy rápidamente de sus roles, se ven como descolocadas porque esperan tener una entrevista clásica y en frente de ellos está sentado tal vez el señor Mirek, quien resulta que se atreve a preguntarles cosas que nadie antes les habría preguntado. Suele ser muy interesante”, agrega Štěpánek.
Lo que el medio persigue con esto es presentar las capacidades y el carisma de los vendedores. Estos caídos en desgracia, por contingencias a las que todos somos susceptibles, han logrado gracias a la revista formar al menos parte de un colectivo y saltar la barrera de lo asocial, aunque como en el caso de Alena no hayan encontrado un puesto de trabajo en el mercado.
Es así como las voces y los rostros de estos vendedores son ya una estampa en ciertos barrios, pasillos y esquinas, donde los viandantes ya los conocen, los saludan y establecen amables intercambios de palabras sobre el tiempo del día.