El Gobierno intentará vaciar los atiborrados orfanatos de la República Checa
El Gobierno checo ha aprobado un nuevo sistema de cuidado de niños tutelados por el Estado. Ahora la labor de los trabajadores sociales se orientará más a la prevención, con lo que se espera reducir el desproporcionado número de niños en instituciones públicas.
Esta nueva política supondrá que en lugar de retirar enseguida la tutela de los niños a una familia problemática, los trabajadores sociales harán todo lo posible para que la situación no se desborde y los pequeños no se vean privados de su ámbito familiar. El plan cuenta con que se creen planes individualizados para cada familia y que los trabajadores sociales salgan de las oficinas y realicen su labor sobre el terreno.
Para su pleno funcionamiento, el nuevo sistema de cuidado de niños bajo la protección del Estado contará con la colaboración del Ministerio de Educación, como comenta uno de los responsables del proyecto, Petr Šimerka.
“Ya contamos con el material necesario para coordinarnos. De esta manera nadie hará algo que no esté planeado y las actividades de ambos Ministerios se centrarán en la prevención”, comentó.Otra de las novedades será el énfasis en crear un modelo de cuidado de niños que reproduzca la convivencia en familia, en lugar del modo de vida carcelario de las instituciones tradicionales. Es el caso de, por ejemplo, el centro de acogida de Karlovy Vary, que prepara una serie de viviendas para que los niños convivan en pequeños grupos, como nos cuenta el consejero para educación de la región, Vratislav Emler.
“Significa que los niños van a vivir en un entorno normal. Van a cocinar solos, a organizar solos la limpieza, y como en el caso de una familia corriente, van a conocer todos los problemas de una vivienda”, explicó el responsable de educación de Karlovy Vary.
Otro problema que el Ministerio tendrá que solucionar es el seguimiento de los jóvenes que abandonan el orfanato una vez cumplen los 18 años. Apenas hay funcionarios que se dediquen a ayudarles a insertarse en la sociedad y en muchos casos las organizaciones no gubernamentales se sienten desbordadas. En algunas regiones hay un tutor por cada 1.000 jóvenes en esta situación.