El fútbol checo genera beneficios por quinto año consecutivo

Los clubes nacionales firmaron un buen mercado de fichajes, donde los más afortunados fueron los gigantes Sparta y Slavia.

Con el cierre de la ventana de traspasos llega el momento de hacer balance del mercado checo, que registró durante esta pretemporada un superávit de casi 21 millones de euros.

Los 16 clubs de la Fortuna Liga invirtieron cerca de 10,5 millones de euros en nuevas incorporaciones e ingresaron más de 31 millones por sus ventas. En esta línea, los dos gigantes del fútbol nacional, Sparta y Slavia, fueron los más agraciados del verano. El primero vendió por valor de 11,6 millones de euros y fichó por 4,5 millones, con un saldo positivo de más de 7 millones de euros. Por su parte, el Slavia hizo lo propio ingresando unos 14 millones de euros e invirtiendo más de 3 millones en la ventana de fichajes, con lo que obtuvo un balance cercano a los 11 millones.

Foto ilustrativa: Guillaume Narguet,  Radio Prague International

El resto de clubs vivieron mercados mucho más austeros. El tercer gran candidato al título de Liga, el Viktoria Pilsen invirtió apenas un millón de euros en sus nuevas incorporaciones y no obtuvo ingresos por ningún traspaso. Dentro de los conjuntos más modestos destacaron el Karviná y el Baník Ostrava, que firmaron un lucrativo mercado de traspasos al obtener beneficios cercanos al millón de euros en ambos casos.

Según apunta el portal Transfermarkt, la Fortuna Liga registró este verano 31,4 millones de euros en ingresos por un total de 219 operaciones. Por contra, los clubs invirtieron un total de 10,4 millones en 221 fichajes.

Así, a la espera del mercado invernal, el fútbol checo encadena su quinta temporada consecutiva con balance positivo en materia de fichajes. La pasada temporada 2022/23 este fue de casi 33 millones de euros, mientras que en la 21/22 fue de 25 millones. Lo mismo sucedió en la 20/21 y 19/20, donde los beneficios fueron de 19 y 37 millones respectivamente. Habría que remontarse a la campaña 18/19, cuando los clubes checos gastaron por última vez más de lo que recibieron en traspasos y cerraron el mercado con un balance negativo de 3,3 millones de euros.