El fotógrafo Josef Koudelka

Josef Koudelka

La fotografía puede ser un arma poderosa, al igual que una forma de expresar la poesía lírica. Todo depende del objetivo que se traza el autor y de su maestría para dominar el tema. Un verdadero "mago" de esta profesión es Josef Koudelka, fotógrafo checo cuyos trabajos son altamente reconocidos en mucho países del mundo. Apreciar la obra de Koudelka es posible actualmente en una exposición que hasta mediados de febrero tiene lugar en el Palacio de las Ferias, en Praga. Mientras tanto, les familiarizaremos con la carrera artística de este fotógrafo.

Josef Koudelka, oriundo de la localidad morava de Boskovice, donde nació en enero de 1938, se graduó como ingeniero de aviación en la Universidad Carolina de Praga y se desempeñó varios años en su profesión. Estando todavía en la universidad, se dedicaba en su tiempo libre a la fotografía, hacia la cual sentía una atracción cada vez mayor.

En los años sesenta comenzó a colaborar como fotógrafo con la revista checa "Teatro". Esta labor le marcó de tal manera que a finales de la década abandonó definitivamente su profesión, dedicándose exclusivamente a la fotografía. Desde el propio comienzo, de las fotos de Koudelka emanaba un sensible mensaje humanista que hasta hoy caracteriza los trabajos de este "maestro de la fotografía".

La exposición del ciclo de fotos de Koudelka denominada "Gitanos", en la que el autor reflejó la vida cotidiana de dicha minoría étnica en Eslovaquia oriental, tuvo en los años sesenta una inesperada repercusión entre el público. Del mismo período data también el primer premio al autor, que le fue conferido por su inusual concepto de la fotografía que refleja el arte teatral.

La invasión a Checoslovaquia de las tropas soviéticas, en agosto de 1968, significó un momento crucial para la vida de este país y predestinó también el futuro de Josef Koudelka. El artista fue testigo directo de los dramáticos acontecimientos que acompañaron la ocupación de su país y su cámara lo captaba todo.

Las fotografías de Koudelka de aquella época, que conforman el ciclo denominado "Invasión", reflejan lo ocurrido en el año 68' desde el ángulo de un representante típico de la llamada "generación perdida", cuyas perspectivas y esperanzas de poder expresar libremente sus opiniones a través del arte fueron aplastadas por los tanques soviéticos. En 1970 Josef Koudelka abandonó Checoslovaquia y recibió asilo en Gran Bretaña.

En el exilio, Josef Koudelka continuó dedicándose a la fotografía, cooperando con la prestigiosa agencia Magnum. Se convirtió en un verdadero trotamundos, reflejando con su objetivo fotográfico la vida cotidiana de los habitantes en diversos países, entre ellos Irlanda, España, Italia, Portugal o Estados Unidos. El trabajo de Koudelka fue premiado con numerosas distinciones en varios países del mundo.

Su ciclo de fotografías "Exilio", realizado entre 1970 y 1990, es una obra maestra que refleja el profundo sentir humanista del autor. Aunque las fotos del ciclo reflejan la vida de los habitantes de nuestro planeta en el siglo XX, superan el marco de un simple documento, teniendo ciertos toques de arte plástico.

En 1980, Josef Koudelka se radicó en Francia, donde siete años más tarde recibió la ciudadanía francesa. Después de los cambios democráticos habidos en Checoslovaquia a finales de los años ochenta, Koudelka restableció los contactos con este país, retornando regularmente a su tierra natal. Sus estancias en la República Checa las reflejó en dos nuevos ciclos de fotografías, esta vez panorámicas, de los que especialmente el denominado "Caos" tuvo una amplia repercusión en este país.

En el ciclo "Caos", Josef Koudelka expone su punto de vista sobre el comportamiento del hombre para con la naturaleza. Algunas de sus tomas acusan indirectamente al ser humano por los enormes daños causados al medio que le rodea. A través de su obra, el fotógrafo obliga al hombre a reflexionar sobre su actuación.

Los mencionados ciclos de fotografías es posible conocerlos en la actual exposición de Praga del fotógrafo Josef Koudelka. En el libro de visitas de esta muestra, muchos ciudadanos afirmaron haber quedado realmente cautivados.