El fotógrafo Josef Koudelka regala dos mil fotografías a museos checos
Josef Koudelka ha regalado alrededor de dos mil de sus fotografías a diferentes instituciones culturales checas. La donación incluye su famoso ciclo Invasión, en el que documentó la ocupación soviética de agosto de 1968.
Josef Koudelka no tenía planeado meterse en asuntos políticos, pero este ingeniero aeronáutico, que descubrió la fotografía durante sus estudios universitarios, terminó haciéndose famoso en agosto de 1968 cuando documentó la llegada de las tropas del Pacto de Varsovia a Praga. Sus dramáticas imágenes de la invasión fueron publicadas por numerosos periódicos y revistas al otro lado del Telón de Acero.
Los eventos, que marcaron la historia de Checoslovaquia, terminaron dándole un nuevo rumbo también a la vida de Koudelka. En 1970, abandonó el país y, como un verdadero trotamundos, recorrió varios países europeos y los Estados Unidos, capturando la vida cotidiana de sus habitantes. Con su obra, Koudelka se ganó reconocimiento internacional y se convirtió en el único fotógrafo checo en colaborar con la prestigiosa agencia Magnum.
Ahora, muchas de sus fotografías volverán a Chequia. El fotógrafo, nacionalizado francés, donde radica desde la década de los ochenta, ha donado alrededor de dos mil fotografías a tres instituciones culturales checas. El mayor número, alrededor de 1800 imágenes, lo recibirá el Museo de Artes Decorativas de Praga. El resto lo obtendrán el Museo Nacional y la Galería Morava de Brno.
La donación se lleva a cabo tras largos años de negociaciones, pero Koudelka está contento con el resultado, según afirmó en rueda de prensa este martes en el Ministerio de Cultura.
“Yo, que toda mi vida he estado recibiendo, estoy en una situación en la que puedo dar. Y estoy muy contento al respecto. Ahora tengo la seguridad de que las fotografías están en los sitios correctos y en las manos adecuadas y que serán tratadas de manera correcta en el futuro”.
Para Koudelka, de 83 años, lo más importante siempre ha sido fotografiar. Según comentó, ocuparse de las imágenes que ya tenía le parecía secundario. Quería viajar, capturar la belleza del paisaje y pasar al menos cuarenta noches cada año durmiendo bajo las estrellas. Solo ahora, cuando los viajes se han vuelto difíciles de realizar, se ha puesto a pensar en lo que quiere hacer con su legado.
“Estoy en una edad en la que sé que mi tiempo es limitado. Y estoy intentando terminar las cosas que puedo. Antes pensaba que, una vez que ya no estuviera aquí, nadie podría tocar lo que había creado. Pero ahora veo que tengo unos treinta mil contactos de película que tomé a lo largo de cincuenta años. Y no documentan solo lo que fotografié, sino toda una época. Y me di cuenta de que hay cosas allí que probablemente no deberían caer en el olvido”.
Para asegurarse de que sus fotografías reciban el trato que merecen y se aprovechen de la manera adecuada, Koudelka creó una fundación que conforman él mismo y tres de sus más antiguos amigos y colaboradores que mejor lo conocen. Su tarea será, además, velar porque la donación no se limite a estas dos mil fotografías. El Museo de Artes Decorativas recibirá también la exposición Ruinas, basada en un libro de fotografías de Koudelka, publicado bajo el mismo nombre.
“El libro Ruinas es resultado de 30 años de trabajo en el Mediterráneo. Visité todos los países de la zona al menos dos veces y fotografié más de doscientos de los sitios arqueológicos más importantes. Como resultado, una exposición fue inaugurada en París, después se trasladó a Roma, y para el próximo año debería viajar a Atenas. Una vez terminado su recorrido, las fotografías llegarán a Praga”.
Se trata de cuarenta fotografías de unos tres metros y otras 120 de más de un metro.
La decisión de Koudelka de donar sus fotogarafías ha sido recibida con alegría en Chequia. De acuerdo con Helena Königsmarková, directora del Museo de Artes Decorativas de Praga, es un momento extraordinario.
“Es una sensación hermosa. Además, hemos logrado obtener para nuestra colección algo que todo el mundo de la fotografía nos envidiará”.
La donación de Koudelka incluye varios ciclos destacados de su obra, por ejemplo, Exilio, que creó tras abandonar Checoslovaquia, o Gitanos, en el que se dedicó a documentar la vida diaria de los gitanos en Eslovaquia y Gran Bretaña. Además, volverán a Chequia las fotografías de la invasión de 1968, incluidas algunas imágenes nunca publicadas.
De acuerdo con Tomáš Pospěch, comisario de fotografía en el Museo de Artes Decorativas, entre las imágenes de esos días históricos, las fotografías de Koudelka destacan por su fuerza.
“Koudelka no describe la situación, él la transforma en una imagen impactante. Las fotografías cuentan la invasión de agosto de 1968, pero más que nada, tratan sobre la libertad”.
Durante su larga carrera fotográfica, Josef Koudelka ha documentado numerosas personas y paisajes, buscando siempre lo bonito. De hecho, este esfuerzo le ha ganado también críticas, de acuerdo con Pospěch, que explica que algunos le han reprochado a Koudelka que “haga estético lo feo”.
A pesar de no poder viajar tanto como antes, Josef Koudelka asegura que sigue fotografiando y explorando el paisaje europeo y de Oriente Próximo cuando su salud se lo permite.
El fotógrafo adelantó también que dos libros sobre su vida serán publicados en un futuro próximo. Por un lado, una biografía a cargo de un autor estadounidense. Por otro, una publicación basada en un total de 69 diarios que Koudelka llenó de comentarios e historias durante sus viajes y que, en sus propias palabras, narran su vida de manera auténtica.