El fenómeno de las Escuelas Populares de Arte
Las Escuelas Populares de Arte en Chequia son un fenómeno a nivel de Europa. Mayormente son fundadas y administradas por las municipalidades y administraciones regionales. Una décima parte aproximadamente son privadas o propiedad de las iglesias.
El Gobierno checo acordó destinar unos 276 millones de euros este año a los salarios de los profesores de las aproximadamente 500 escuelas básicas públicas de arte. Después de terminar las clases de enseñanza obligatoria, los menores pueden acudir a las Escuelas Populares de Arte, que brindan a los niños conocimientos de música, canto, baile o pintura, por ejemplo.
Nos trasladaremos a la región de Vysočina, donde existen varias de estas escuelas. Una por ejemplo, en la ciudad de Žďár nad Sázavou, y el interés por sus clases es grande, según sostiene su directora, Dana Foralová.”Somos una de las grandes escuelas de arte de la región de Vysočina. Tenemos a unos 750 alumnos en cuatro disciplinas: música, artes plásticas, baile, y escritura junto con teatro. El mayor número de niños, 390 en total, estudian música y el menor, unos 40, asisten al curso de literatura y teatro”.
La música y las artes plásticas es lo que más gusta a los escolares, de acuerdo con Foralová. La escuela de arte de Žďár nad Sázavou, ciudad con unos 20 000 habitantes, ofrece la posibilidad de estudiar estas disciplinas desde hace más de 90 años.
Otra escuela se encuentra a unos 10 kilómetros de distancia, en la ciudad de Nové Město na Moravě, con unos 8000 habitantes, pero en la región de Vysočina las hay igualmente en Přibyslav, Velké Meziříčí o Bystřice nad Pernštejnem. Los padres pagan una matrícula pero, según Dana Foralová, esta es más bien simbólica.”Este año la matrícula es de 67 euros por un semestre, o sea 134 euros al año para un alumno de música. Las clases incluyen una hora de aprendizaje individual a la semana, además de una hora de aprendizaje de teoría musical junto a otros alumnos. Algo menos se paga en las disciplinas colectivas como son las artes plásticas, el baile y teatro”.
Antes de ser aceptado a una escuela de arte, cada alumno debe asistir a una llamada prueba de talento, pero estos centros tratan de ofrecer la posibilidad de aprendizaje al mayor número posible de los aspirantes.
”En estas pruebas los alumnos reciben una nota que va desde la ‘A’ hasta la ‘C’, o sea, desde el adepto más talentoso hasta el de menos talento. Los niños con gran talento no son tantos, por lo que logramos aceptar casi a todos. En las disciplinas de piano y artes plásticas es donde hay el mayor número de interesados”.
De vez en cuando las escuelas de arte organizan exposiciones y también conciertos, en los que los alumnos pueden demostrar al público lo que han aprendido. A estos conciertos suelen venir también antiguos alumnos de la escuela. Uno de ellos, el joven y talentoso intérprete de piano Pavel Michael Zemen, regresa frecuentemente a Žďár nad Sázavou y actúa con gran placer en los conciertos públicos, como afirma.”Vengo acá para tocar piano, lo que me gusta mucho siempre y en cualquier lugar. A uno siempre le gusta tocar ante personas que aman la música y su corazón está abierto a la música. En ningún caso vengo acá por los honorarios, sino por pura alegría de la que me llena la música”.
En su tiempo, antes de pasar a la Academia Janáček, Pavel Michael Zemen también dio clases de música en las Escuelas Populares de Arte. Según insiste, estas tienen un gran significado para la sociedad.
”Para mí estas escuelas son más que un simple lugar donde los escolares aprenden a tocar algún instrumento musical. Los niños aprenden aquí también a comportarse debidamente, a coexistir dentro de la sociedad, aprenden a hablar con los demás y, en especial, a comportarse como es debido en los conciertos. En estas escuelas educan a los futuros escuchas, desarrollan el talento y la inteligencia de los jóvenes”.
Con las Escuelas Populares de Arte colabora estrechamente la mesosoprano checa de fama mundial Magdalena Kožená, que propaga el tradicional happening nacional concertista titulado ZUŠ Open, en el que actúan y se presentan centenares de estas escuelas de toda la República Checa. Según dijo hace algún tiempo Kožená a la Radio Checa, semejantes actividades son un aporte importante para toda la sociedad.”El objetivo principal es destacar este sistema único de enseñanza de disciplinas artísticas. Estas escuelas educan tanto a profesionales fantásticos, como a un público sensible. Muchas de esas personas seguramente experimentaron tocar un instrumento musical. Podemos decir que estas escuelas ayudan al crecimiento del nivel cultural de toda la nación. En las Escuelas Populares de Arte estudian más de 250 000 niños, lo que es fantástico. Aunque desearíamos incrementar más todavía esa cifra. Dar a conocer a un mayor número de personas lo fantásticos que son estos colegios”.
Al funcionamiento de las escuelas contribuye en gran medida el Ministerio de Educación, con sede en Praga, institución que igualmente supervisa el trabajo de estos centros de aprendizaje. El jefe del departamento encargado de esa agenda, Svatopluk Pohořelý, acercó a Radio Praga Internacional el sistema de la educación artística en la República Checa.
”En nuestro registro tenemos unas 500 Escuelas Populares de Arte. Alrededor de la mitad fue fundada por las municipalidades, el 40% por las administraciones regionales y el resto son escuelas privadas o que son administradas por alguna de las iglesias del país. Trabajan en ellas unos 13 200 maestros, naturalmente, parte de ellos a media jornada, y luego algo más de 1000 personas en la administración, los departamentos económicos y en la limpieza de los edificios”.Svatopluk Pohořelý indicó que no conoce ningún otro país en el que el aprendizaje de música y otras artes se organice a nivel nacional y se financie del presupuesto público a esta escala. A la vez recalcó que esta inversión la considera de suma importancia para toda la sociedad. En algunas regiones las escuelas de arte asumen las tareas de los centros culturales. Mediante conciertos y exposiciones públicos en los que participan frecuentemente artistas de renombre, ayudan a cultivar a las personas y les ofrecen la posibilidad de mantener un estrecho contacto con el arte en vivo.