El examen de idioma será más duro para los interesados en la nacionalidad checa

Foto: Centro de refugiados

Los extranjeros que deseen obtener la ciudadanía checa deberán aprobar a partir del próximo año un examen de idioma más exigente que hasta la fecha. Además tendrán que demostrar conocimientos sobre la historia y la cultura de la República Checa.

Foto: Centro de refugiados
En cuanto a la integración de los extranjeros en la República Checa se puede hablar de un proceso en desarrollo que responde a las necesidades y particularidades propias del país. Testimonio de ello es la propuesta de endurecer los exámenes de idioma para los interesados en obtener la ciudadanía.

En declaraciones para la Radiodifusión Checa Tomáš Zatloukal, funcionario del Ministerio de Educación, resumió las razones que llevaron a presentar al Senado cambios en la prueba de idioma.

“Esto responde a la necesidad de que estas personas estén en condiciones de comunicarse a cierto nivel en checo. Topamos con el problema de que durante algunos operativos de control responden que no hablan checo, lo que dificulta todo trámite”.

A diferencia del examen anterior, la propuesta incluye prueba oral, por escrito y una de comprensión. Fuentes ministeriales indican que el 80% de los interesados aprueban el examen y que la tendencia es ascendente. Los funcionarios adelantaron que están preparando también exámenes sobre la historia y la cultura checas.

Foto ilustrativa: Comisión Europea
En la propuesta presentada al Senado se estipula por primera vez la posibilidad de facilitar la doble nacionalidad. Hasta la fecha los interesados en obtener la nacionalidad checa deben renunciar a la suya, mientras que los checos en el extranjero la mantienen.

Los extranjeros representan un importante aporte para la economía de un país, ayudan a nivelar la situación demográfica y enriquecen la cultura. Esa es una visión idealizada que respaldan algunos sectores de la ciudadanía y del oficialismo, pero que de lejos no rige en muchos países, si no todo lo contrario.

Los movimientos de población, ya sean de carácter provisional, permanente, económico o en relación con la reagrupación familiar, son frecuentes temas de debate en los diferentes estados de la Unión Europea.

La inmigración y la integración constituyen una de las tres prioridades de la acción de la Unión Europea definidas durante el Consejo Europeo de octubre de 1999.

En noviembre de 2004 el Consejo Europeo se expresó a favor del establecimiento de principios básicos comunes para la política de los estados miembros en materia de integración de los inmigrantes.