El estudiante mexicano de informática experto en Jan Hus

Enrique Martínez, foto: Gonzalo Núñez

Enrique Martínez es un estudiante mexicano que ganó una beca para venir a estudiar informática a la República Checa. Lleva algo así como cinco meses, repartidos entre Praga y Brno, y dice estar encantado con el país, con la cultura y con las chicas checas, que lo han tratado muy bien.

Enrique Martínez
Enrique Martínez es un mexicano que deambula por Facebook con el seudónimo Enrique Dvorak para tener más llegada a la hora de conocer jóvenes checas. Y asegura que el truco le ha funcionado de maravilla hasta el momento.

“Quise familiarizarme un poco más con la cultura checa y de esa manera si doy mi Facebook pueden fácilmente encontrarme. Por ejemplo, dicen luego Enrique Iglesias y ya todos conocen a Enrique Iglesias, entonces yo digo Enrique Dvorak y tiene como un gancho, es más fácil acordarse. Y también me sirve para conocer chicas. Me ha funcionado bien, es que normalmente en una disco cuando conoces a una persona, es una persona más ahí, pero si lo mezclas con un poco de broma y chiste, pues resulta mejor”.

Este mexicano de veintipocos años llegó a la República Checa hace apenas cinco meses, con ganas de sacar una carrera adelante. Pero para eso tuvo que participar en un riguroso concurso en su México natal.

“Primero participé en un programa de movilidad en mi escuela, no sabía si me iban a aceptar o no, y al mismo tiempo hice un programa para aprender checo, de parte de la embajada checa en México. Escogieron solo a tres personas a nivel nacional. Yo fui el tercero, así que fui a Brno a estudiar un mes checo. Y ya después de ahí tuve la beca del Politécnico, la ČVUT, aquí en Praga, no sabía si me iban a aceptar, pero me dijeron fuiste aceptado y empecé a estudiar”.

Enrique Martínez sostiene que se preparó muy bien para poder estar entre los ganadores de la beca, aunque a veces también es bueno contar con la suerte de parte de uno.

“Después de presentar todos los documentos, nos hicieron un examen de lo que es la historia de la república Checa, la cultura, qué es un día normal aquí en Chequia, de lenguaje. Primero me dijeron: si vas a participar, preséntate en dos semanas para hacer el examen. Entonces compré una guía de Praga y me puse a estudiar. Sobre la historia del país, lo que han vivido, todo eso, y después de ahí, todo normal”.

Aunque confiesa que durante el examen se puso un poco nervioso y contestó mal algunas preguntas, por lo que estuvo a punto de perder la beca. Pero después en la entrevista personal mejoró mucho, comenta.

“Ya después vino el examen. De hecho yo empaté con otro para el tercer lugar. Estaba un poco nervioso en el examen. Ya de ahí tuve una entrevista y estuve más relajado y me preguntaba por qué respondiste así, por qué se te olvidó o cuál es la verdadera respuesta. Me preguntaron, por ejemplo, por Jan Hus, y dije que era un católico que tenía nuevas ideas acerca de la religión, era protestante y de ahí inició el movimiento de los husitas y lo quemaron en la hoguera por sus ideas más progresistas y ya después llegó la revolución husita. Y me preguntaron también por los números en checo”.

También le preguntaron por la Primavera de Praga y por la Revolución de Terciopelo, aunque Enrique es sincero y dice que ya no se acuerda qué contestó. Pero sí recuerda la historia de Franz Kafka.

“De Franz Kafka leí su historia, de que originalmente él no quería hacer públicos tods sus libros. Pero cuando murió su amigo Max Brod publicó todas sus obras”.

Enrique Martínez agrega que sus familiares en México se alegraron mucho cuando se enteraron de que partía a Praga a estudiar con una beca.

“Se sorprendieron mucho, estaban muy alegres, y aparte mucho más de que haya obtenido una beca. O sea, no se lo esperaban, para nada, así que estaban maravillados”.

De Praga dice que le gusta todo. Tanto así, que no para de sonreír, a lo largo de toda la entrevista, de lo contento que se siente acá.

“Primero, es una maravillosa ciudad, es mágica. Eso es lo que me atrajo más. Es un lugar multicultural, es un lugar maravilloso para vivir, se encuentran personas de diferentes lugares, se hacen amigos, es divina la armonía que se encuentra aquí. Me encanta, la verdad. He tratado a muchas personas, les hablo en checo y se sienten más vinculadas a la persona que habla y un poco más pacientes en relación a pedir las cosas”.

Luego este estudiante indica que lo único que echaba de menos era la comida mexicana auténtica, pero ahora que descubrió el restaurante Las Adelitas, se siente como en su país natal.

Enrique Martínez
“Pues extraño la comida mexicana. De hecho ahora fuimos a comer a Las Adelitas, un restaurante mexicano, sí, la verdad que es muy, muy mexicano, y eso lo extrañaba. No había comido unas enchiladas de mole desde hace cinco meses, y me supieron riquísimas, deliciosas. Me encanta aquí, la verdad, sobre todo las fiestas”.

Enrique Martínez estudia informática en la Universidad Técnica de Praga (ČVUT), en el barrio de Dejvická. Y vive en el bullicioso y multitudinario dormitorio estudiantil de Strahov.

Allí los estudiantes extranjeros hacen competencias didácticas para presentar sus respectivos países y culturas, que incluye degustaciones de las respectivas gastronomías. Y México, asegura Enrique, está muy bien representado.