“El esfuerzo de San Cirilo y San Metodio nunca debería caer en olvido”
El 5 de julio se cumplen 1158 años de la llegada de los hermanos misioneros Cirilo y Metodio al actual territorio checo, donde pusieron los cimientos de la doctrina cristiana e inventaron el alfabeto eslavo más antiguo.
Consolidar la religión cristiana y acabar con el caos en su enseñanza en la antigua Gran Moravia, causado por la presencia de obispos procedentes de diversos rincones de Europa. Este fue el motivo por el cual el conde Rostislav se dirigió al emperador bizantino Miguel III rogándole que enviara a sus obispos a la Gran Moravia para que difundieran entre el pueblo mayoritariamente pagano la enseñanza cristiana. El emperador mandó a los hermanos Cirilo y Metodio que, originarios de una comunidad eslava de la ciudad de Tesalónica, tenían la ventaja de dominar el idioma de los habitantes locales. Este conocimiento facilitó que se acercaran al pueblo para transmitir las enseñanzas cristianas por medio de traducciones de parte de la Biblia y diversos libros litúrgicos. Para ello, Cirilo inventó un alfabeto conocido como glagolítico. Los hermanos misioneros celebraban en este idioma también las misas con el fin de llegar a un público más amplio. No obstante, la lengua eslava no era un idioma litúrgico oficial, por lo que los hermanos se dirigieron a Roma en defensa de su enseñanza, explica el historiador Jan Stejskal.
“Los idiomas litúrgicos eran solamente tres: hebreo, griego y latín, los que estaban escritos en la cruz en la que murió Jesucristo. Gracias a Cirilo y Metodio, la lista se extendió al nuevo idioma y los eslavos aplaudieron la misión de los hermanos”.
No obstante, el futuro deparaba a los hermanos varios obstáculos. Después de varios altibajos con la propagación de su enseñanza, Cirilo falleció en Roma a causa de una enfermedad y su hermano, que había sido nombrado arzobispo de Panonia, estuvo preso por culpa del arzobispo de Salzburgo, que reclamaba dicho territorio. Después de la muerte de Metodio, sus alumnos fueron expulsados de la Gran Moravia, lo que inició el fin de la labor cultural difundida por los hermanos bizantinos.
El reconocimiento oficial llega después de un milenio
Se tardó mil años, literalmente, hasta que los méritos de Cirilo y Metodio fueran reconocidos oficialmente. En 1863, Cirilo y Metodio fueron declarados santos patronos de las naciones eslavas y 17 aňos más tarde fueron canonizados por la Iglesia. En 1980, el Papa Juan Pablo II declaró a los hermanos bizantinos santos patronos de Europa por sus méritos culturales y su esfuerzo por unificar a la Iglesia Occidental con la Oriental.
De acuerdo con Jan Stejskal, los esfuerzos de San Cirilo y San Metodio nunca deberían caer en olvido.
“Para construir un país con una cultura, los cimientos se tienen que poner firmes. Si quisiéramos construir una cultura nueva, algo que no se puede realizar ni en una década ni en un siglo, tendríamos que hacerlo con unos cimientos nuevos que se estuvieran construyendo a largo plazo. Es importante observar lo que nos olvidamos y por qué nos olvidamos. Nada se puede retirar, porque de esta forma nuestra cultura se descompondría”.
El Día de San Cirilo y San Metodio se celebra en diferentes rincones de la República Checa y los festejos más importantes, conocidos como Días de las Personas de Buena Voluntad (Dny lidí dobré vůle) se llevan a cabo en la localidad de Velehrad, situada en Moravia del Sur, considerada como la capital de la antigua Gran Moravia, a donde se dirigen cada año miles de peregrinos para asistir a la misa y recordar los valores cristianos. Este año, su legado se festejará en este lugar del 4 al 5 de julio. La 22º edición se propone agradecer a todas las personas que luchan en primera línea contra la pandemia del COVID-19, conmemorar el año de San José, e incluirá también preparativos para el 1100 aniversario de la muerte de Santa Ludmila, la primera santa checa y la patrona de las familias.