El destino de Emanuel Moravec: de defensor de la democracia a colaborador nazi
Emanuel Moravec fue un militar y periodista checo cuya figura se utiliza a menudo en el país como ejemplo de traición y colaboracionismo. Su vida fue especialmente llamativa si se tiene en cuenta que pasó de ser un firme defensor de la democracia a ocupar altos cargos durante la ocupación nazi de Bohemia y Moravia.
La vida de Emanuel Moravec es una de esas historias que nos hace preguntarnos qué lleva a una persona a traicionar por completo sus ideales. Nacido en 1893 en Praga cuando todavía formaba parte del Imperio austrohúngaro, Moravec fue miembro de las legiones checoslovacas, que dieron lugar al nacimiento del nuevo Ejército checoslovaco. Asimismo, fue un firme defensor de la nueva República democrática surgida en 1918 en pleno corazón de Europa.
Para sus coetáneos era una figura respetable, e incluso el presidente de la Primera República checoslovaca, Tomáš Garrigue Masaryk, lo tenía en alta estima, ya que lo consideraba un patriota honesto.De hecho, Emanuel Moravec fue uno de los primeros militares checos que dijo abiertamente que Hitler suponía un peligro para la democracia y para la República Checoslovaca, como apunta para la Radio Checa el historiador Jaroslav Rokoský, de la universidad Jan Evangelista Purkyně de Ústí nad Labem.
“Era un periodista competente y respetado que colaboraba con los diarios Lidový Noviny y Přítomnost, y partidario de los presidentes Masaryk y Beneš. Como convencido demócrata que era, fue un ferviente defensor de la Checoslovaquia democrática. En su libro Defensa del Estado llega a mencionar que el mayor enemigo de Checoslovaquia era la Alemania nazi”.
Como el propio Moravec había advertido, la Alemania nazi fue actuando cada vez de forma más agresiva. Hasta que en septiembre de 1938, con el Pacto de Múnich que cedía los Sudetes a Alemania, sus peores temores se hicieron realidad. En ese momento, Moravec se mostró en contra de la capitulación checoslovaca y en sus escritos incitó al pueblo a rebelarse y luchar, algo que no consiguió.
En marzo de 1939 llegó el golpe definitivo. Seis meses antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Alemania invadió Checoslovaquia y en la actual República Checa instauró el Protectorado de Bohemia y Moravia, una especie de estado títere al servicio de los nazis.Moravec se sentía profundamente traicionado por los países occidentales, que habían dejado a Checoslovaquia a su suerte. A ello se unió un profundo temor por su vida, ya que temía que los nazis lo asesinaran por sus escritos antialemanes. Para su sorpresa, los nazis lo llevaron a Alemania para enseñarle las bondades del Tercer Reich. Esto causó una fuerte impresión en Moravec, indica el historiador Rokoský.
“Le asombró el poder del Tercer Reich sobre los países de Occidente, esos en los que había creído pero que le decepcionaron en Múnich. Ahora, tras la ocupación del 15 de marzo de 1939, temía ser perseguido por las cosas que había escrito. Pero después los nazis lo llevaron de visita a Alemania y quedó muy impresionado por todo lo que vio. A partir de ahí, se dio cuenta de que esa era la única manera de salvar a la nación checa”.
Lo cierto es que es difícil juzgar hasta qué punto quedó realmente convencido por las ideas nazis y qué parte de este cambio de bando respondía al instinto de supervivencia. Como explica Rokoský, al principio de la Segunda Guerra Mundial todo parecía indicar que Alemania sería el bando ganador y probablemente Moravec era consciente de ello.
En cualquier caso, los alemanes consiguieron convencer por completo a Moravec, y empezaron a utilizar su habilidad creativa para propagar la influencia nazi.“Los nazis le dieron la oportunidad, y él la aprovechó sin dudarlo. Primero, le dieron un programa de radio. Después, le permitieron publicar libros, y más tarde organizó un grupo de periodistas que colaboraban abiertamente con los nazis”.
El militar que era conocido por sus discursos contra la Alemania de Hitler convirtió sus proclamas en grandes alabanzas al nuevo régimen, como testimonia una grabación de la época.
“Que alcen el brazo conmigo todos esos checos que valoren su nación y que estén orgullosos de formar parte del gran Reich alemán. Que de corazón griten conmigo: ¡Viva Adolf Hitler!”.
El ascenso de Emanuel Moravec fue tal que llegó a ser nombrado ministro de Educación, donde se afanó en adoctrinar a los jóvenes para que siguieran la ideología nazi, apunta Rokoský.
“Hubo un cambio en la composición del Gobierno del Protectorado y los nazis nombraron a Moravec ministro de Educación. Para terror de los profesores y los estudiantes, Moravec se convirtió en un símbolo incuestionable de colaboracionismo. En una época en la que los checos eran perseguidos y asesinados, pronunció innumerables discursos a favor de los nazis. Participó en la creación de una institución juvenil que tenía como objetivo adoctrinar a los jóvenes de Bohemia y Moravia con la ideología nazi”.
Es difícil precisar qué factor fue el determinante en toda esta transformación, pero parece probable que la suma de la ambición de querer ser alguien importante, un carácter débil para enfrentarse a los nazis y su instinto de supervivencia hicieron de Moravec alguien irreconocible. Como ministro de Educación se encargó de que el alemán fuese lengua obligatoria en las escuelas y fomentó el antisemitismo.Su figura empezó a ser tan odiada que los historiadores señalan que el famoso atentado contra el Reichsprotektor Reinhard Heydrich, orquestado por el Gobierno checoslovaco en el exilio, estuvo destinado originalmente contra Moravec. Sin embargo, al final se eligió a Heydrich.
El momento más duro para Emanuel Moravec llegó con la Insurrección de Praga, el 5 de mayo de 1945, hace justo 75 años. Muchos ciudadanos checos comenzaron a rebelarse contra la ocupación alemana, tras lo que Moravec intentó llegar a una estación de radio para pedir a la población que depusiese las armas. Pero de camino, el coche se quedó sin gasolina y Moravec se temía lo peor si los rebeldes lo capturaban. Al final, su vida acabó de forma trágica, como cuenta el historiador Rokoský.
“Cuando estalló la Insurrección de Praga en mayo, se dio cuenta de que su posición era insostenible y se suicidó”.
Una película para conocer los entresijos de su traición
La historia de Emanuel Moravec es objeto de análisis de una recién estrenada película en dos partes que emite la Televisión Checa, y que se titula “Anatomía de la traición”.
Según el director de la obra, Biser Arichtev, cuando se documentó sobre Moravec se dio cuenta de que a menudo es calificado como el mayor traidor de la nación checa. Para él, lo más importante era explicar ese proceso de transformación que llevó a un patriota y colaborador del presidente Masaryk a trabajar a favor de los nazis.En la producción de la película trabajó también la Radio Checa, cuya documentación fue de gran ayuda, agrega el director Arichtev.
“La Radio Checa ha participado en la grabación de la serie como coproductor. Y me alegro, porque la colaboración ha sido genial. Hemos grabado música y hemos trabajado con archivos de la Radio Checa. Tengo que decir que es una gran experiencia, y siempre que tuve que hacer algo con ellos en el pasado salió bien”.
En dos episodios de alrededor de una hora y media, Arichtev nos cuenta esta inesperada transformación. Siempre centrándose en que el personaje no resulte plano, sino que el público sienta perfectamente cómo alguien que no les caía mal al principio va transmitiendo sensaciones cada vez más negativas durante el desarrollo de su historia.
Queda a juicio de los espectadores con qué nivel de realismo ha conseguido Arichtev su propósito.