El cine checo se somete a la crítica
El sector del cine checo ha recogido en el mayor estudio de sus últimos 25 años una completa radiografía de su estado de salud. Con 11,5 millones de espectadores el año pasado y con una buena imagen por su parte, el cine se enfrenta ahora a Internet y a la competencia extranjera.
Durante el pasado año, más de 11 millones y medio de espectadores visitaron las salas de cine de la República Checa. Una cifra, eso sí, que queda lejos de los 13,5 millones que disfrutaron del cine en Chequia en 2013. Y es que la menor afluencia de público es el talón de Aquiles del sector. Un hecho que tiene su origen en Internet, cada vez más utilizado por los checos para ver ilegalmente películas.
Pese a ello, no está todo perdido. El 51% de las series o películas que los checos ven por Internet no son de producción patria, sino que llevan títulos extranjeros, y sólo un 12% busca contenidos checos en la red. Cuatro de cada diez checos se descargan ilegalmente contenidos, ya sean de procedencia extranjera o nacional. Y con la mayoría de las descargas y visualizaciones gratis, tan sólo un tercio de los checos afirma haber pagado alguna vez y sólo un 6% dice que paga regularmente. Un problema con dos vertientes, por un lado la población no ve razones para pagar por contenidos que puede encontrar gratis; y por otro lado, uno de cada diez checos no se fía de los pagos por Internet. En el lado opuesto de la balanza destaca la alta producción de filmes checos. Durante el año pasado, una quinta parte -52 películas- de las 264 estrenadas eran de origen checo. Una cantidad muy alta si se compara con el resto de vecinos europeos, y sólo superada por países como Francia e Italia, que tienen una gran cultura del cine.Respecto a la calidad, cuatro de cada diez encuestados creen que la calidad del cine checo es alta y sólo el 11% considera que ha ido a peor en los últimos años. Una buena imagen que no comparten fuera de las fronteras checas. No hay más que comprobar que hace más de una década que ninguna producción checa ha sido nominada a la mejor película extranjera en los Oscar, y que desde el filme Koyla, de Jan Svěrák, ninguna producción checa ha ganado el galardón.
Ahora sólo queda analizar los datos, reforzar las debilidades del sector y continuar produciendo películas de calidad para que la magia del cine siga pisando la alfombra roja en la República Checa.