El castillo de Kozel testimonia que las apariencias engañan

A unos quince kilómetros de la ciudad de Pilsen, Bohemia Occidental, en el valle del río Úslava y protegido de un lado por el monte Bor, se encuentra el castillo de Kozel, de estilo clasicista y rodeado de un extenso parque.

A unos quince kilómetros de la ciudad de Pilsen, Bohemia Occidental, en el valle del río Úslava y protegido de un lado por el monte Bor, se encuentra el castillo de Kozel, de estilo clasicista y rodeado de un extenso parque.

El nombre Kozel, que traducido al español significa "chivo" recuerda que en tiempos remotos existía en esos lugares un sacrificadero, en el que durante el equinocio primaveral los paganos solían sacrificar a sus dioses un chivo. Al menos esa es la explicación del administrador actual del palacio, Karel Bobek.

La obra data de finales del siglo XVIII y, según señaló Karel Bobek, el lugar de su edificación, en una llanura rodeada de montes y prados en la que abundaban diversas especies animales, fue bien premeditado.

"El palacio fue construido por el arquitecto Václav Haberditz para el noble Jan Vojtech Cernín, cazador mayor del Reino de Bohemia. Cernín quedó muy satisfecho con la obra, pues ésta cumplía todos los requerimientos de un palacio cómodo, pero de arquitectura simple para ser utilizado en la temporada de caza".

El palacio es de un sólo piso pero de cuatro alas, con un gran patio en el medio. Después de algún tiempo, cerca de la entrada principal, Cernín mandó levantar otros cuatro edificios, convirtiendo a uno en caballeriza, otro servía para el alojamiento de los sirvientes y los dos restantes para otros fines. La arquitectura de esas dependencias es muy parecida a la del castillo, por lo que hasta hoy muchos visitantes las confunden con la obra principal.

Aceptamos la invitación del administrador del castillo de Kozel, Karel Bobek, de visitar el lugar y la verdad es que quedamos sorprendidos. A pesar de que a primera vista el castillo da la impresión de ser una obra simple, al entrar en él uno se da cuenta de que las apariencias a veces engañan. Hay en él unas 60 habitaciones, de las que la mitad aproximadamente está abierta actualmente al público.

En todas hay interesantes cuadros y espejos en las paredes, así como pinturas murales con temas de mitología y de caza, obra de Antonín Tuvora. El salón principal de visitas, fue decorado por Tuvora con pinturas de las principales sedes del noble Cernín en el Reino Checo. Las habitaciones del palacio disponen igualmente de un hermoso mobiliario de la época y, como resaltó Karel Bobek, en todas ellas se pasaba bien incluso cuando afuera hacía mucho frío.

"Un importante elemento del castillo de Kozel son las estufas, de estilo imperial, que hay en todas las habitaciones. Para no incomodar a la nobleza, éstas se instalaban de tal manera que fuese posible atenderlas desde fuera. A través de una ventanilla especial de la estufa que daba sobre el pasillo, los sirvientes podían encenderla, ponerle leña y limpiarla".

Las estufas de Kozel son todas de azulejos blancos, verdes o de color marrón y muy bien conservadas. Pero como el día en que visitamos el castillo hacía mucho calor, ni se nos ocurrió verificar si funcionaban todavía. Nuestro guía, Karel Bobek, afirma que sí.

Después de recorrer los interiores de Kozel que nos impresionaron, nos encaminamos al parque inglés que nos recomendó visitar el señor Bobek. De camino observamos unas hermosas esculturas que decoran el castillo y sus alrededores y que son obra de Ignác Platzer. Destaca entre ellas una escultura de un ciervo recién cazado, situada en la terraza del palacio. Platzer es autor asimismo del altar en la capilla levantada junto al castillo.

Karel Bobek nos contó que el palacio dispone también de una pequeña sala de teatro, ya que en el siglo XVIII ello estuvo muy de moda. Los nobles solían acompañar las fiestas en sus sedes con representaciones de teatro, en las que actuaban diversas compañías artísticas ambulantes.

Supimos asimismo, que uno de los posteriores propietarios del palacio de Kozel, Kristián Vincenc de Valenstein, fue quien sentó las bases de la fábrica de maquinaria Skoda, que sigue existiendo hasta hoy en día, gozando sus productos de renombre mundial.

"En la localidad de Sedlec, próxima a Kozel, Valenstein abrió un pequeño taller de maquinaria. Con el tiempo la producción fue ampliándose y Valenstein decidió abrir una fábrica en Pilsen. Ésta la vendió posteriormente a su empleado, el joven ingeniero Emil Skoda, quien logró transformarla en uno de los centros de maquinaria pesada más importantes del país".

El recorrido por el palacio de Kozel lo concluimos en el parque inglés local que ocupa unas 40 hectáreas. Dada la proximidad del lugar de la ciudad de Pilsen y el aspecto original del parque, éste es visitado anualmente por centenares de miles de personas. Según afirma Karel Bobek, el número de visitantes del parque supera en diez veces el de las personas que acuden al palacio de Kozel.

"El parque fue adaptado por el entonces renombrado arquitecto en jardinería, Frantisek Xaver Franz, quien se inspiró en el parque palaciego de Schönbrunn, en Austria. Logró realizar la obra de tal manera que conservó al máximo el aspecto de la naturaleza local, incluyendo las áreas boscosas de caza. En el parque hay varias especies de plantas y árboles preciosos que no se encuentran en ningún otro lugar de la República Checa".

En los últimos años, en el palacio de Kozel suelen organizarse conferencias, fiestas de graduación y, en la capilla y el parque locales, se celebran bodas. Anualmente, el ambiente local de tranquilidad absoluta inspira a unas doscientas parejas de novios a dar precisamente aquí, en el palacio de Kozel, los primeros pasos de su vida común.

Y aquí, amigos, concluimos este viaje al palacio de Kozel, situado en Bohemia Occidental, en las proximidades de la ciudad de Pilsen.

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