Ecologistas protestan desde chimenea contra contaminación

Foto: CTK

Activistas de la organización ecologista internacional, Greenpeace, subieron el jueves en lo alto de una chimenea de la central eléctrica de Prunéřov, en Bohemia noroccidental, como protesta contra la contaminación ambiental. Informa Ivana Vonderková.

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Los ecologistas estuvieron decididos a permanecer varios días en lo alto de una chimenea de la central de Prunéřov, que consideran una de las mayores fuentes contaminantes en la República Checa. Calculan que anualmente emite al aire unos nueve millones de toneladas de dióxido de carbono.

Jan Piños, portavoz de la sucursal checa de Greenpeace, recalcó que decidieron realizar la protesta ahora para coincidir con la conferencia sobre cambio climático que se realiza en Bali.

“Decidimos manifestar de este modo nuestro apoyo a la conferencia de la ONU sobre el cambio climático, que se celebra en la isla indonesa de Bali. En ella se persigue elaborar un nuevo acuerdo internacional sobre la reducción de los gases de invernadero”, dijo Piños.

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A la chimenea de la central de Prunéřov, de 300 metros de alto, escalaron el jueves por la mañana once activistas de Greenpeace, procedentes de la República Checa, Alemania, Polonia, Hungría y otros países. Posteriormente cinco bajaron y el resto pasó la noche allí, a una altura de 150 metros, debido a que el fuerte viento les impidió subir aún más alto.

Los miembros de Greenpeace exhortaron a todas las personas de buena voluntad a que firmen un llamamiento publicado en Internet, en apoyo a la reducción de los gases de invernadero.

El ministro del Medio Ambiente, Martin Bursík, señaló que la protesta de Greenpeace es justificada.

Central de Prunéřov  (Foto: CTK)
“Estoy plenamente de acuerdo con el mensaje que nos transmiten los activistas de Greenpeace y admiro la forma que escogieron para llamar la atención de la opinión pública sobre el problema de la contaminación del entorno. Hay que ser valientes para escalar a esa altura y permanecer varios días en lo alto de una chimenea”, dijo Bursík.

En la protesta participaron desde la tierra otro grupo de ecologistas, a quienes la Policía les impidió sumarse a esta peculiar forma de protesta. Los miembros de Greenpeace insistieron en la necesidad de proteger el entorno ante los gases de invernadero.

La empresa energética checa, ČEZ, que es propietaria de la central de Prunéřov, dio a conocer que no demandará a los activistas de Greenpeace por haber ocupado ilegalmente sus instalaciones.