Durante el comunismo los pantalones vaqueros eran un símbolo de rechazo contra la Unión Soviética
En la época del comunismo en Checoslovaquia, al igual que en otros países del bloque soviético, los pantalones vaqueros, conocidos también como “blue jeans” o tejanos fueron una mercancía muy codiciada por los jóvenes. En el museo Retro de Praga han dedicado una exposición a aquel grito de la moda.
Ser joven y vestir un pantalón vaquero occidental de marca era un lujo que no todos se podían permitir en la Checoslovaquia comunista. Los chicos y las chicas hacían malabares para hacerse con la preciada pieza. Compraban, por ejemplo, un pantalón usado de algún turista, se los enviaba algún familiar residente en un país occidental o bien los adquirían a precios astronómicos en las tiendas locales conocidas como Tuzex que vendían en monedas extranjeras o bonos especiales.
Además de ser un asunto de moda, los pantalones vaqueros tenían una fuerte connotación política, según dijo a Radio Praga Internacional, Michal Petrov, autor del libro Jeans Story.
“No estábamos aislados del mundo, porque éramos vecinos de Alemania Occidental y Austria. Había muchos turistas de Occidente y queríamos ser como ellos. Y por supuesto, los jeans significaban Estados Unidos, que era el gran enemigo de la Unión Soviética y esta a su vez nuestra mayor enemiga. Es por eso que queríamos tener jeans”.
A pesar de la connotación política, el régimen comunista no prohibía que los jóvenes vistieran pantalones vaqueros, pero ponía obstáculos para que los consiguieran. Una solución un tanto extrema fue la confección casera o en talleres clandestinos en manos de sastres vietnamitas.
Durante el día, los sastres trabajaban en alguna de las tantas empresas estatales, pero por las noches se dedicaban a hacer copias de los pantalones vaqueros occidentales.
Pero el método dominante era comprarlos en las tiendas Tuzex, usando dólares, marcos u otras divisas extranjeras que enviaban familiares desde Occidente o bien que obtenían como parte de su sueldo los checos que trabajaban en empresas checas en el exterior. No hay que olvidar que en dichas tiendas se utilizaban también bonos especiales que al final de cuentas los interesados conseguían en el mercado negro, el régimen comunista quería que todas las divisas se gastaran en casa.
A pesar de la insaciable sed por los pantalones vaqueros occidentales, existían preferencias entre los jóvenes, según recordó Michal Petrov.
“Los más populares fueron definitivamente los Levi's, 501, la leyenda también estaba viva aquí. Pero otras marcas también eran populares, como los Rifle de Italia y la marca Wildcat de Escocia”.
Para muchos checos mayores, Rifle sigue siendo sinónimo de jeans, de pantalones vaqueros, quizás debido al hecho de que fue la primera marca que se importó a Checoslovaquia, y durante muchos años la única.
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