Dos ex agentes comunistas acusados por un asesinato cometido en los años 50 en Francia
El servicio de espionaje comunista checoslovaco realizó un atentado con una bomba en 1957 en Francia. Transcurrido casi medio siglo, el caso será sentenciado por el Tribunal de Praga.
El fiscal municipal de Praga, Martin Omelka, acusó este miércoles a dos ex miembros del servicio secreto comunista (StB), Milan Michel y Stanislav Tomes, de cometer un asesinato.
"Uno de los acusados fue en aquél entonces jefe y el segundo fue subjefe de la sección alemana del antiguo servicio secreto checoslovaco", matizó el fiscal. Ambos, en colaboración con otros dos agentes que ya fallecieron, habían organizado un atentado contra el prefecto de Estrasburgo, André Trémeaud. Una carga explosiva camuflada como una caja de puros mató el 17 de mayo de 1957 a la esposa del prefecto.
El objetivo del ataque fue perturbar el surgimiento de la Comunidad Económica Europea (CEE), antecesora de la UE.
"En colaboración con el servicio secreto soviético KGB los comunistas intentaron desestabilizar la integración de Europa insinuando que en Europa existen fuertes grupos neonazis", precisó el científico Radek Schovánek, del Instituto de la Memoria Histórica.
La bomba debía estallar en un banquete con motivo de la clausura de la sesión de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero. Las huellas debían dirigir a los investigadores a la ficticia "Asociación Combativa por una Alemania Independiente", en cuyo nombre la KGB divulgaba en 1956 boletines pronazis para desacreditar a Alemania.
Pero la bomba no estalló en el banquete, al que asisitieron varios ministros, sino que unos días después en las manos de la esposa del prefecto.
La oficina de la documentación e investigación de los crímenes comunistas estudia el caso desde 1999. En los archivos checos no se ha encontrado ninguna prueba directa, los dos ex agentes fueron acusados con base al testimonio de otro ex miembro del servicio de espionaje Ladislav Bittman, que desertó a Occidente, y de las investigaciones realizadas en aquella época por la policía francesa.
Ambos ex agentes comunistas rechazan las acusaciones de estar involucrados en el caso.