Desmantelando el "Capitalismo de Nomenklatura" - II Parte
En todos los países de Europa del Este sin excepción, se dio el fenómeno de la clase comunista y privilegiada - la llamada nomenklatura - haciendo el intento de apoderarse de la planta productiva, flujos de capitales, oportunidades monopólicas y otros activos del Estado, cuando vislumbraban el final de su dictadura. Así, hicieron el intento de convertir su poder político en poder económico, el llamado "capitalismo de nomenklatura". Con esas palabras presenta el Sr. Fredo Arias King, especialista en transiciones de Europa del Este, su estudio titulado "Desmantelando el Capitalismo de la Nomenklatura". Hoy les ofrecemos la primera parte de este relato.
Se recomienda que aun antes de que ocurra el colapso del comunismo se contrate a una agencia investigadora extranjera para que vaya de una vez analizando los posibles flujos de capitales criminales entrando y saliendo de la isla, para que el trabajo sea más provechoso una vez que se colapse el comunismo y se pueda investigar la situación de lleno. Por lo general se habla de la agencia estadounidense Kroll and Associates, la cual ha sido contratada por algunos gobiernos de Europa del Este y ya tiene experiencia de entender el tipo de transacciones que efectúa la típica nomenklatura. También se debe buscar la cooperación de agencias gubernamentales extranjeras para ayudar en la tarea de localizar y confiscar los capitales ilícitamente acumulados.
No habrá desmantelamiento del "capitalismo de nomenklatura" si los demócratas no toman el poder absoluto. En dicho caso, se recomiendan las siguientes tácticas políticas: No compartir el poder con los comunistas. Esta debe ser la meta final, aunque no necesariamente se debe descartar como paso intermedio. Los demócratas pueden en cierto momento y por necesidad aceptar el formato "mesa redonda" con los comunistas.
Pero este debe ser (no importa lo que se prometa en la mesa negociadora) un paso intermedio, mientras los demócratas trabajan (a través de agitaciones, paros, manifestaciones, etc.) para obtener todo el poder. Los demócratas deben exigir el control de la policía política en dicha mesa redonda, y seguir usando métodos "duros" hasta no obtener todo el control. Una vez que los comunistas acepten compartir el poder, no es difícil, con voluntad y creatividad, quitárselo todo en cuestión de días.
Instaurar un gobierno provisional de "entendimiento nacional". Esto mientras se organiza partidos políticos y se preparan elecciones. Muy maquiavélicamente, un demócrata me mencionó "en estos casos es bueno dejar nominalmente a cargo pero en realidad como tu títere, a un comunista medio reformado e incapaz, para que las primeras reformas económicas, que suelen ser dolorosas al principio, se reflejen en él y en el comunismo, no en el nuevo orden que está por surgir".
Así, las elecciones las gana un partido totalmente democrático que prometa mas "justicia" (¿Quién dice que los demócratas no puedan ser maquiavélicos?). Adoptar nueva constitución y leyes. La nueva constitución debe ser el pretexto ideal para re-inventar el gobierno y sacudir a los mandos medianos y superiores del pasado de las estructuras gubernamentales, aun del poder judicial. En Estonia, la nueva constitución le dio la facultad al nuevo (y democrático) presidente de nombrar a todos los nuevos jueces y otros puestos. Esta oportunidad será imposible de repetir a futuro.
Es necesario aprovechar la "ventana de oportunidad." Contrario al mito popular, la población suele recompensar electoralmente a fuerzas democráticas que se toman medidas radicales de cambio, pero sólo si estas se hacen en el primer año de su mandato. Dicha "ventana de oportunidad" es cuando la población conscientemente acepta el sacrificio ya que entiende la necesidad de reformas dolorosas. Los problemas que surgen se los culpan a los comunistas y no a los demócratas. Esta oportunidad ya no regresa después. Los demócratas que pospusieron los cambios radicales fueron castigados electoralmente.
Mantener la unidad. Los demócratas típicamente piensan que la liberación es el fin de la transición, y no meramente su comienzo. Luego de derrocar al régimen comunista los demócratas se comienzan a pelear y a dividir. Lo mejor que puede suceder es que los demócratas se dividan en dos partidos: uno de centroderecha liberal y otro socialdemócrata, como en la República Checa, no en 14 como en Polonia. Así no dejar la izquierda abierta que permita que los comunistas se "civilicen" y se acaparen de ella. La unidad debe permanecer hasta que se elimine cualquier posibilidad que el partido de la nomenklatura regrese al poder.
Los resultados de dicho programa para desmantelar las estructuras del viejo régimen se reflejan en un mejor desempeño económico, político, legal y social para los países de la región. Estonia es considerado como el "campeón" de transición, y ha tenido el mejor desempeño de toda la historia del Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, que mide calidad de vida.
Es un mito que las reformas radicales causan malestar social. Esto se ve aun más cuando se compara Estonia con su ex gemelo, Letonia, la cual no fue tan radical en desmantelar el viejo sistema (los demócratas y la nomenklatura se fusionaron en ese país) y acabó como una transición mediocre y corrupta: Estonia no sólo ha tenido un estelar desempeño económico, social e institucional, sino que es uno de los tres países de la región donde nunca regresó el partido de la nomenklatura al poder. Cuando a la nomenklatura se le confisca sus herramientas extra-constitucionales y se le desmantela su "capitalismo de secuaces," se les acaba su poder político.
Por eso, como conclusión. Se recomienda no preocuparse por todos los detalles o su secuencia. Lo perfecto es lo enemigo de lo bueno. En el desmantelamiento del viejo régimen, lo que más importa es la VOLUNTAD.