“Desgraciadamente Colombia siempre tiene el mismo subtítulo: cocaína, drogas, mafias”
Felipe Martínez es de Colombia y, como él mismo dice, nació con los zapatos puestos. Sin embargo, a todo trotamundos le llega el momento de establecerse y, siguiendo la costumbre checa, Felipe ha dejado las botas a la entrada de su casa de Praga. Acaba de tener una niña con su esposa Hanka, trabaja desde hace varios años en una empresa de informática y su próximo paso será estudiar el doctorado en el país.
No puedo decir cómo es un matrimonio normal o un matrimonio checo colombiano. No sé. Lo que puedo decir es que mi mujer es muy internacional como yo también lo soy. Ambos viajamos muchísimo, inclusive con ella me conocí en la India no acá. Vivimos en Colombia un buen rato. Vivimos como dos años y medio en Colombia, y ya después decidimos casarnos y pues como habíamos vivido en Colombia decidimos vivir acá después del matrimonio. Y cómo son las cosas, pues no sé. Matrimonio. Seguimos felices, estamos bien, no sé.
¿Y habláis entre vosotros español o checo?
Depende. Al principio hablábamos más español. Bueno, cuando nos conocimos, en el idioma inglés. Cuando fuimos a Colombia hablamos obviamente en español para que ella mejorara su español. Y ahora estando aquí en República Checa es más en checo, esperando a que yo mejorara mi checo. Cosa que todos los hispanohablante sabemos que mejorar el checo es algo que es para toda la vida. Y ahora que ya tengo un checo que ya es en un nivel decente, B1 o algo así, según nuestras clases de checo. Ahora el tema es algo de checo, algo de español. Muy muy poco inglés. Mezclamos los dos idiomas. Y ahora con nuestra hija, que tiene dos meses, yo le hablo español a mi hija y mi esposa le habla checo. Pero a veces sale alguna que otra palabra checa que no sé cómo se dice en español o viceversa. Entonces al final siempre será una mezcla. Veremos que eso le funcione para la vida a mi hija.
¿Hay una comunidad colombiana grande en Praga?
En Praga yo podría decir que son como unas 30 personas entre los estudiantes y la gente que ya está mucho tiempo. Alguna vez nos reunimos. Nos reunimos en febrero y fuimos en total 60 personas entre colombianos y checos, y contando los colombianos fuimos como 40. Fue una cuestión que se hizo como el dos de febrero de este año de 2008.
¿Crees que los checos están sensibilizados o informados sobre la situación política de Colombia?
Sí pero mal. Me explico. Desgraciadamente Colombia tiene siempre el mismo subtítulo: Colombia-cocaína, Colombia-drogas, Colombia-mafias. Ese es el subtítulo, el apellido que tenemos, desgraciadamente. Y siempre cada vez que uno habla que es colombiano lo primero que salta es esa parte. Sobre todo cuando uno está en un ambiente joven. Y en un ambiente más profesional, el checo que está en un ambiente de management medio hacia arriba es una persona que antes de hablar del tema de la droga, que es algo obvio y lógico para cualquier extranjero, sí te recuerda el tema del café. O sí te recuerda el tema del fútbol, que hace no sé, en el 94, tuvimos buenos futbolistas que sonaron mucho en el mundo. Sí se recuerda eso. Diría que en general están informados de lo que CNN puede decir en un momento determinado, que es lo que todo el mundo ve, o BBC News o no sé. Pero del profundo de la situación de Colombia, muy poco. Inclusive, leyendo cosas del tema de Íngrid Betancourt, que fue también tan internacional, muy poco de fondo había ahí. E inclusive había gente que pensaba, y no solo aquí en Chequia sino en toda Europa, que Íngrid Betancourt era secuestrada por el Gobierno, no por las FARC.
Y ahora estamos en Navidad. Las costumbres navideñas checas y colombianas son, supongo, totalmente diferentes. ¿Cómo lo hacéis en tu casa? ¿Qué vais a hacer estas Navidades?
Este año es especial porque mis padres llegaron. Es la primera vez que están aquí en Navidad. Entonces es muy agradable porque queremos hacer todas las tradiciones checas más que nada para mis papás. Y la verdad, la ensalada de papas me fascina. La carpa es también muy rica comérsela una vez al año máximo dos, porque es muy grasosa, y hay que quitarle muchas espinas, pero es agradable. Y el tema de colocar la escama de la carpa debajo del plato o el dinero debajo del plato y el no levantarse de la mesa, que es una tradición muy de la familia de mi esposa. Cuando ya estamos todos en la mesa a comer ya nadie se puede levantar hasta que todo el mundo coma. Eso me parece divino y sensacional porque usualmente en un almuerzo de familia todo el mundo corre por todos lados. Y nunca está ese momento en el que, oiga, cenemos todos juntos y estemos todos juntos. Todo ese tipo de cosas lo vamos a tratar de hacer: comprar el árbol de Navidad vivo, comprar las carpas vivas... No las voy a matar. Las maté hace como dos años con mi suegro y eso es muy cruel, es muy complicado. Y que toca tenerlas en algún lado, entonces en la bañera y uno dónde se baña. Entonces es complicadísimo. Pero sí, este año sí. Nuestra idea es comprarlas vivas para que mis padres vean esto y es toda esa parte.