Desbaratan en Chequia una banda de traficantes de armas

Robert Šlachta, foto: ČTK

Una banda de traficantes de armas de uso militar que operaba en los territorios de Chequia y Eslovaquia, fue desbaratada durante un reciente operativo policial en el que cooperaron estrechamente las fuerzas de seguridad de los dos países.

Seis personas fueron detenidas por la Policía en Chequia y otras dos en Eslovaquia en el marco de una redada encaminada a combatir el comercio ilegal de armas. Los policías incautaron asimismo una gran cantidad de armamentos que contenía ametralladoras Kalashnikov y Scorpion, pistolas, silenciadores, granadas, explosivo Semtex y munición. Según altos cargos militares, ese acopio de pertrechos bastaría para armar un pequeño ejército.

Robert Šlachta,  foto: ČTK
Los cuatro detenidos en Chequia fueron acusados de porte y negocio ilícito de armas de fuego y podrían ser condenados a ocho años de prisión. Las armas las guardaban en su domicilio en Praga y en Olomouc, poniendo en peligro a sus propias familias, según señaló Robert Šlachta, director del Departamento de Lucha Contra el Crimen Organizado.

”Dos ametralladoras plenamente cargadas las hemos descubierto en el cuarto infantil del domicilio de uno de los acusados. Las armas estaban escondidas debajo de la cama de un niño de 14 años, hijo de uno de los acusados”.

Los especialistas afirman que la adaptación de las armas testimonia un alto nivel profesional de los miembros de la banda. Éstos vendían las ametralladoras ligeras por unos 1.200 euros, los silenciadores por 326 euros, los explosivos por 2.000 y los fusiles ametralladores por 2.900 euros, sostuvo Robert Šlachta.

Foto: Policie ČR
“El paradero de los armamentos se desconoce todavía, pero podemos confirmar que eran enviados desde Chequia y Eslovaquia a terceros países. En este negocio ilegal estaban involucrados varios extranjeros relacionados con el mundo del hampa. Sin embargo, aún no sabemos con qué fin fueron o iban a ser utilizados esos pertrechos”.

Según investigaciones de la Policía, la mayor parte de los dispositivos robados proviene de antiguos arsenales de las Fuerzas Armadas checas que, según la documentación, debieron haber sido liquidados por empresas especializadas en Chequia y Eslovaquia. Los detectives indagan ahora de qué manera la banda checo-eslovaca de traficantes de armas conseguía esos armamentos.

Está confirmado que la banda reparaba y adaptaba los artefactos casi en desuso, proveía las armas de fuego de silenciadores y luego vendía todo al extranjero. Robert Šlachta recalcó que ese tipo de actividades, cuando se readaptan las armas casi en desuso, representa actualmente uno de los mayores problemas de la lucha contra el tráfico ilegal de armas.