Crece en Chequia el número de empresas de inserción

Foto: Comisión Europea

Aunque todavía por debajo de las cifras de Europa Occidental, el panorama de la empresa de inserción en la República Checa registra un crecimiento constante. Se trata de compañías con una cuarta parte de empleados considerados desfavorecidos en el mercado de trabajo.

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Discapacitados físicos y mentales, personas cerca de la jubilación, desempleados de larga duración, drogodependientes... todos tienen en común ser gente con problemas para encontrar empleo. Para incentivar su inserción al mercado laboral, en Chequia, siguiendo el modelo marcado por otros países europeos, el Estado ha iniciado una política de apoyo a las empresas que abran puestos de trabajo para este tipo de gente.

El resultado, aunque modesto, es de momento positivo. El número de compañías que han empleado a algún desempleado desfavorecido ha crecido un 65 por ciento entre noviembre de 2009 y agosto de este año. El número de desempleados desfavorecidos se ha reducido en el mismo periodo en unas 4.500 personas, según la agencia LMC.

Las ayudas públicas están permitiendo un desarrollo acelerado de las empresas llamadas sociales o de inserción, cuya plantilla se basa en una cuarta parte en este tipo de trabajadores. La mitad de los ingresos de una de estas firmas proviene de su actividad comercial, la otra mitad de subvenciones y donaciones.

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Se trata de hacer negocios con un punto de vista distinto, como señala el director de una de estas empresas sociales, Jiří Novák.

“Lo prioritario en una compañía comercial es la obtención de beneficio. En una empresa social la actividad económica es una herramienta para emplear gente desfavorecida. Esto significa que quiero dar trabajo a gente que tiene dificultades para encontrarlo, y por eso tengo una compañía de este tipo”.

Por cada empleado considerado desfavorecido, el Estado ofrece al empresario una contribución que puede ascender hasta los 320 euros. Además, en caso de que estos trabajadores formen el 60 por ciento de la plantilla, es posible obtener dotaciones para la creación de más puestos laborales o nuevos talleres. Pero además de las subvenciones, las empresas sociales tienen todavía un as en la manga, según explica la directora del Foro de Donantes, Pavlína Kalousová.

Por otro lado, toda empresa con más de 25 empleados está obligada a contar con al menos uno de estos trabajadores, en caso contrario deberá pagar una multa o realizar algún tipo de actividad compensatoria. Esto permite otra fuente de ingresos a las empresas sociales, que pueden convertirse en escenario de seminarios y team buildings para las compañías comerciales.

Autor: Carlos Ferrer
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