Crece el interés de los checos por los productos Fairtrade

Foto: presentación oficial de la  organización  'Na Zemi'

Los consumidores checos apuestan cada vez más por los productos bajo la marca de Fairtrade.

Foto: presentación oficial de la  organización  'Na Zemi'
La organización Fairtrade Chequia y Eslovaquia reportó un creciente interés por productos que utilizan este certificado entre los consumidores de los dos países.

Los checos, por ejemplo, consumieron 326 toneladas de café el año pasado con certificado Fairtrade. Se trata de un aumento del 88% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

El sistema funciona de tal manera que la persona que compra un producto con ese certificado ayuda al campesino que sembró las plantas, pero debe cumplir con una serie de requisitos, según dijo Hana Charvátová, directora de Fairtrade Chequia y Eslovaquia.

“Es muy importante la manera en que se siembran las semillas de café. Debe prestarse atención especial a la protección de la tierra y agua. Está completamente prohibido el uso de ciertos fertilizantes químicos. Esto no significa que Fairtrade sea sinónimo de Bio, pero se aplican reglas muy estrictas”.

Hana Chorváthová,  foto: Kristýna Maková
Otra de las reglas importantes, es que los agricultores que se suman a este sistema no pueden emplear a niños. Por su parte, la organización Fairtrade internacional les garantiza el precio mínimo por sus productos y una subvención social, que recibe la cooperativa a la que pertenecen.

Este sistema, conocido también como Comercio Justo, busca el desarrollo integral, con sustentabilidad económica, social y ambiental, y el respeto de los Derechos Humanos básicos.

En el mundo hay más de un millón y medio de agricultores que trabajan con este tipo de productos. Cabe destacar que parte del dinero que reciben las cooperativas se emplea como ayuda para la construcción de escuelas, sistemas de acueductos, compra de herramientas, así como aportes para el funcionamiento de hospitales.

En Chequia los productos con el certificado de Comercio Justo suelen ser un 25% más caros. Las tiendas que los ofrecen aseguran que por lo general los clientes saben que se trata de una calidad superior por la que hay que pagar, pero que no se trata de un capricho, porque parte del dinero sirve de ayuda a los más necesitados.

Además de café, el consumidor checo puede comprar chocolate, té, frutas, flores y productos artesanales. Lo más frecuente es encontrarlos en cadenas de tiendas pequeñas, cafeterías y más recientemente en las cafeterías de las estaciones de gasolina.

A nivel internacional la gama de productos es más amplia encontramos, por ejemplo, bananos, arroz, miel, jugos, azúcar, algodón y oro, entre muchos más.