Con Eva Pavlová la solidaridad vuelve al Castillo de Praga
El 9 de marzo comenzó el mandato no solo de Petr Pavel como nuevo presidente checo, sino también de su mujer, Eva Pavlová, como primera dama. ¿Quién es y qué planes tiene para los próximos cinco años?
Alice Masaryková, Hana Benešová y Olga Havlová son tres de las antiguas primeras damas de la historia checa y checoslovaca cuyos nombres pasaron a la historia, por su dedicación a obras benéficas desde la oficina presidencial del Castillo de Praga. Y ese es el legado que piensa continuar también Eva Pavlová, la nueva primera dama desde este jueves. En concreto, quiere centrarse en cuestiones como la igualdad de género, la familia y las relaciones interpersonales, lo cual confirmó en la Sala Española del Castillo de Praga en uno de los discursos posteriores a la investidura de este jueves del nuevo presidente, Petr Pavel.
“Tengo que decir que aunque a Eva no le guste mucho el término ‘primera dama’, estoy convencido de que será una maravillosa primera dama. No solo se le va a ver y va a actuar de manera agradable, sino que está preparada y decidida a hacer lo que esperaríamos de la primera dama: se dedicará a temas como la prevención de enfermedades graves, las relaciones familiares, el cuidado de niños y mayores, cuestiones de la mujer, y yo estoy dispuesto a apoyarla al máximo para que no sea solo un adorno a mi lado, sino una primera dama con funciones completamente propias”.
Eva Pavlová eligió centrarse en los ámbitos mencionados basándose en su propia vida, ya que tuvo que superar un cáncer de tiroides, trabajó en el centro de mediación familiar Monofi y le tocó ser madre soltera de su hija, nacida en un primer matrimonio. También Petr Pavel tiene dos hijos de una relación anterior.
“Me sorprendió mucho que el índice de divorcios fuera tan alto en nuestro país. Creo que todo empieza ya en la escuela primaria. Hay que prevenir, que haya comunicación en la familia, y guiar paso a paso a los niños para que no se produzcan los divorcios”.
La pareja presidencial se conoció en los años 80 en la base militar de Prostějov y se casó en 2004. Cuando Pavel ocupaba el cargo de jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Checas entre 2012 y 2015, su mujer se encargaba de la comunicación con los agregados militares extranjeros en Chequia. La formación militar de ambos y su patriotismo claramente dejaron huella en el grado de responsabilidad con el que perciben su nuevo cargo, según repitieron en varias ocasiones. No obstante, ese valor lo proclamaron desde su llegada al espacio público y el comienzo de la campaña electoral en septiembre de 2022.
“Igual que mi marido, también yo prometí servir a la patria durante toda la vida. Teníamos que tener bien claro lo que íbamos a hacer. No nos hicimos militares para sentarnos en una oficina, sino porque estábamos preparados para proteger nuestro país. Soy consciente de que se trata de una oportunidad única para fortalecer el papel de la primera dama y así fortalecer la posición de la mujer y la familia. Quiero asegurarles que los dos tomamos esta elección con toda la seriedad y responsabilidad”.
Y las palabras de Eva de hace unos meses las confirmó el nuevo presidente este jueves desde la terraza que da al tercer patio del Castillo de Praga, donde se dirigió al público checo unos minutos después de prestar su juramento ante los miembros de las dos cámaras del Parlamento checo en el salón de Vladislao del Castillo.
“Me alegra mucho poder decirles hoy junto a mi mujer Eva que nosotros percibimos la posición del presidente y de la mujer del presidente como un servicio a todos ustedes, no a nosotros mismos”.
En varias ocasiones durante el día de su investidura, Petr Pavel habló en plural, “nosotros”, refiriéndose tanto al conjunto de la nación checa como a él mismo y su mujer. En la sala Española enfatizó que el apoyo de la familia era una cuestión imprescindible para su candidatura presidencial y que sin eso no hubiera logrado el éxito.
“Ya que hablo sobre Eva, mi mujer, a ella no le gusta la denominación ‘primera dama’, y a mí no me sorprende, porque en estos últimos diez años a la primera dama no se la veía mucho. Así que tendremos que acostumbrarnos de nuevo. Me alegra poder decir unas palabras sobre Eva. A ella no le gustó mucho la idea de mi presidencia al principio, pero paulatinamente se familiarizó con ella hasta tal punto que se convirtió en una parte integral del éxito”.
Todo parece indicar que Eva Pavlová se sumará a la lista de Masaryková, Benešová o Havlová, las primeras damas que consiguieron destacar al lado de los presidentes checos. Sin embargo, para empezar, tendrá que reconstruir las estructuras de la secretaría de la primera dama del Castillo de Praga, utilizada por las mujeres de los presidentes checos desde los tiempos de Olga Havlová, pero cancelada hace tres años por inactividad.
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